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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Juan Recaredo

El teléfono inoportuno y más

Hay una manera infalible para que suene el teléfono en su casa. Quítese la ropa, entre en la regadera (o ducha, para los que así le dicen), enjabónese bien la cabeza y cuente hasta tres. En ese momento, el teléfono empezará a sonar como desesperado. ¡No falla!

Al oír el timbrazo, su reacción (la reacción de usted) puede ser de dos maneras: Se sale del baño tiritando, desnudo y escurriendo a contestar y entonces resulta que el número estaba equivocado. Si reacciona dejando que suene hasta que cuelguen, dos semanas después se encontrará a un amigo que le dirá: Pues te llamé para invitarte a comer, pero como no me contestaste, pensé que andabas de viaje.

Cosas parecidas nos suceden todos los días. Si quiere usted que llueva, todo lo que tiene qué hacer es mandar lavar su coche, de preferencia, con un lavador que cobre muy caro. O cuando después de dar vueltas durante media hora buscando estacionamiento, finalmente te estacionas a diez cuadras de distancia, te vas caminando, y al llegar al lugar a donde vas, te encuentras que hay tres lugares desocupados precisamente en la puerta.

Todos esos casos y cosas suceden de acuerdo con los principios que establece "la ley de Murphy", que se resume en una frase fatalista y exagerada que dice: "Si algo puede salir mal, va a salir mal". ¿Y por qué la Ley de Murphy se llama Ley de Murphy? ¿Quién era ese tal Murphy al que le pasaban todas las cosas negativas? Primero, quisiera saber si realmente existió el tal Murphy, me dirá usted.

Pues sí, existió, y se llamaba Edward A. Murphy Jr. Fue un ingeniero que trabajó en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos allá por los años 40, específicamente en el departamento de experimentación con cohetes sobre rieles. Dicen que allá por los años 40, se hicieron algunos lanzamientos experimentales en los que Murphy participó y se cometieron algunos errores humanos, por lo que él, frustrado, le echó la culpa a su asistente, diciendo: Si esa persona tiene una forma de cometer un error, lo hará.

Hay otras versiones. Algunas personas, incluyendo a Robert Murphy, el hijo de Edward, sostienen que la frase cuando se originó era algo así como: Si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culminará en desastre, alguien lo hará de esa manera.

El hecho es que la Ley de Murphy se ha ido ampliando a otros acontecimientos absurdos de la vida cotidiana de donde se han ido enunciando una serie de "leyes inexorables", que son cosas que suceden, y que parecen ir en contra de toda lógica y además, que "nunca fallan", por ejemplo:

Cuando tienes las manos llenas de grasa, te empezará a dar comezón en la nariz. Si tuviste un accidente, el seguro lo cubre todo, menos lo que te sucedió. La única vez que la puerta se cierra sola es cuando dejaste las llaves adentro. Todo cuerpo sumergido en la bañera hará sonar el teléfono y que la velocidad del viento aumenta en proporción directa según la cantidad que hayas pagado por el peinado.

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: comodijo2@hotmail.com.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Luz María Escalante Borreguín. ¿Hay alguna palabra para referirse al período de la Edad Media? Por ejemplo, para referirse al Siglo XIX se emplea la palabra "decimonónico". ¿Existe algún término así para la Edad media?

RESPUESTA:

La Edad Media se conoce también como Medioevo. El adjetivo sería medieval.

Un consejo de la abuela para terminar: Si quieres estar sano, come poco y cena temprano. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

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