Empezó por los toros
Me encanta ese anuncio de la tele que dice que en un juego de futbol hay miles de directores técnicos. Todos los espectadores en un momento dado somos expertos que le decimos gritando, "a voz en cuello", al director técnico del equipo que está en la cancha cómo debe hacer su tarea y lo insultamos porque no hace lo que cada quien piensa que debe hacer.
Lo curioso es que al rato somos también árbitros y le gritamos al "nazareno": ¡Fíjate idiota! O algunas otras linduras en donde se involucra a la familia del señor y quizá a toda su progenie.
Esto sucede en el futbol y la causa es la llamada"pasión futbolera", pero ocurre también en muchos otros deportes y actividades artísticas, donde vemos a gente que no tiene siquiera una idea clara de lo que está pasando en la cancha o en el escenario y opina como si fuera gran autoridad en la materia y con la mezquina idea de apantallar a los demás, suponiendo que esos "demás" no saben.
En la fiesta de los toros, surgió un día el cursi nombre de villamelón para aplicárselo a todos esos genios que en los tendidos y en el café se la pasan opinando de lo que no saben, haciendo un tremendo "oso" que los que sí saben, detectan de inmediato. Actualmente, el vocablo villamelón se aplica no sólo en los toros, sino que ya se hizo extensivo a otros deportes y actividades.
¿Y por qué villamelón? ¿De dónde viene ese curioso nombre? Mi buen amigo, excelente investigador, Arturo Ortega Morán, nos dice que "la historia empieza en España, a fines del siglo XVIII o principios del XIX cuando el ingenio popular creo el hipotético pueblo de Villamelón", de donde provendrían estos dizque sabiondos personajes.
En una revista madrileña llamada "La Lidia", apareció allá por 1886 - según nos narra AOM - un artículo donde se hacía la referencia: "Hay en España un pueblo verdaderamente notable, cuyos habitantes forman, a manera de los bohemios, tribus nómadas que se desparraman por toda la tierra". "Lo más asombroso de Villamelón - decía también el mentado artículo - es la extraordinaria fecundidad de sus mujeres". Pues sí, porque los villamelonenses pululaban por aquí, allá y acullá y eso es señal de que sus mujeres son buenas para procrear.
"El rasgo característico de los de Villamelón - decía también el referido artículo - es querer hablar de todo y entender de todo sin haber estudido nada". Y cuando un periódico mexicano reprodujo el artículo en nuestro país, empezó a difundirse el término villamelón en territorio mexicano e incluso había un articulista taurino que firmaba con el pseudónimo de Villamelón, cuando su nombre verdadero era Antonio Hoffman, hijo.
Con el tiempo, los mismos críticos del medio del espectáculo, fueron difundiendo la especie de que el villamelón nunca falta en todos esos ambientes donde aparece sin falta haciéndose notar por sus opiniones siempre absurdas, pero también dichas siempre con mucha seguridad y aparente sobriedad, como si realmente fuera un avezado experto en un tema del que realmente no sabe nada.
ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: comodijo2@hotmail.com.
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Julio César Gómez Porter: En un artículo, comentó que se les llama dígitos a los números que van del 0 al 9, porque son los que pueden contarse con los dedos de las manos. Entonces, ¿qué dedo hace referencia al cero?
RESPUESTA:
Ninguno. El cero es la ausencia de cantidades, por lo tanto, es la ausencia de dedos.
Reflexión para terminar: Los perros no molestan hasta que ladran. Los necios no molestan hasta que hablan. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.