Un dicho para cada caso
Dicen que el mexicano para todo tiene un dicho, y creo que es cierto. Incluso a veces, hace "un versito" que en realidad es una cuarteta rimada, como la muchacha cuando el joven que le gusta se quiere hacer del rogar, ella tal vez le diría: A la puerta de mi casa tengo una verde corona que dice: Yo soy muy buena, pero jamás soy rogona.
Cuando a uno le va mal, se queja de la suerte: Ah, qué suerte tan chaparra, ¿hasta cuando crecerá? Voy a ponerle unos zancos a ver qué pasitos da.
En la escuela, cuando un compañero le "hacía la barba" al maestro para obtener sus favores, le cantábamos a coro: Barbero, córtame la barba que la tengo larga. Úntale jabón que es tu obligación.
A veces, la cuarteta salía coja o mal rimada, pero no importaba mucho: Como cuando alguien se impacientaba demasiado le recomendábamos: Calmantes montes pájaros cantantes alicantes pintos y yo chichicuiloteando.
Si te refieres a un grupo de personas en donde todos son muy ladinos, adviertes: Aquí el más chimuelo masca riel, el más pelón se hace trenzas y el más tullido es alambrista, que no es una cuarteta ni es rimada, pero da una idea de lo "largos" que son los miembros de ese grupo.
Si alguien te hace un mal y en ese momento no te puedes desquitar, sentencias: Arrieros somos y en el camino andamos y todos nuestros enconos son como el burro en que andamos, lo que quiere decir que algún día podrás desquitarte.
Tener una comadre de "muy buenas carnes" es una gran tentación, y para seducirla, algún pelado cínico tal vez le diga: Compadre que a su comadre no consiente por doquiera, no es compadre de a de veras, rima que algunos harán aún más atrevida diciéndole: Compadre que a su comadre no le llega a las caderas, no es compadre de a de veras.
Para muchos, la mujer como tal es principio de todos los males, aunque reconoce que no podemos vivir sin ellas y complementa un viejo refrán de esta manera: El hombre propone y Dios dispone. Luego, llega la mujer y todo lo descompone.
Hay muchos más: El que presta su caballo pa montar, su reata para lazar y su mujer pa' bailar, no hay nada qué reclamar. El que ama a mujer ajena siempre anda descolorido, no por el amor que siente, sino por miedo al marido. De hombre carnicero y ruin, de mujer que hable latín y de caballo sin rienda, Dios nos cuide y nos defienda. Cuando a desaires te hieran repite como la ola: No importa que no me quieran, al cabo me quiero sola. O cuando te topas con un buenoparanada comentas: Éste no saca un gato a mear, ni a un buey de la barranca porque todo se le atranca.
ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: comodijo2@hotmail.com.
PREGUNTA DEL PÚBLICO:
Ernesto Ferrer. ¿Cuál es la forma correcta, la juez o la jueza?
RESPUESTA:
Académicamente, la palabra correcta es "la jueza", pero como todavía no nos acostumbramos, se acepta también "la juez".
Me retiro con una genial frase de Jean Cocteau: El tacto en la audacia es saber hasta donde se puede ir demasiado lejos. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.
Por: Juan Recaredo