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LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA

Tierna como una pequeña madrecita

Pocas imágenes hay tan tiernas como la de una niñita jugando a ser mamá. En forma natural, aflora su instinto maternal y canta mientras arrulla a su "niña" sin importarle que sea de trapo o de pasta y no de carne y hueso: Tengo una muñeca vestida de azul con su camisita y su canesú.

Así me encontré hace unos días a mi nieta y me puse a recordar todas aquellas canciones que las mamás suelen cantarle a los bebés. Mi nieta en su arrullo no decía canesú, sino camisón, porque yo creo que la palabra canesú no es conocida para ella. De hecho, yo tampoco sabía su significado y recurrí al Diccionario, donde dice que el canesú es la pieza superior de una camisa o blusa.

La canción de la muñeca azulada termina trágicamente: la llevé a la playa y se me constipó, la llevé a la cama y se me murió, pero las niñas la cantan con tal dulzura que ni parece grave el asunto. Además, parece que la letra original no se refiere al deceso de la muñe. Dice: la saqué a paseo y se me constipó, la tengo en la cama con mucho dolor.

A este tipo de canciones o arrullos infantiles no se les puede exigir que sigan las reglas de la sintaxis o de la semántica, o sea, pedirle a sus frases una construcción gramatical adecuada o que el significado sea lógico. Basta con que el cantito le suene agradable al bebé para que se duerma, o para que se sienta bien.

A la rorro niño a la rorro ró, duérmase mi niño, duérmase mi amor… Eso suena muy bien y a veces hasta a uno cuando lo escucha le dan ganas de echarse a dormir, aunque el rorro sea un sustantivo masculino, y aquí se le ponga el artículo "la".

Incluso mi tía Sinalefa, cuando arrullaba a un niño, solía cantarle: A la rurru rurru, patitas de burro, a la raca raca patitas de vaca, y el bebé, que seguramente no entendía la alusión, se carcajeaba.

Esta niña linda que nació de día quiere que la lleven a paseo en tranvía, esta niña linda que nació de noche, quiere que la lleven a pasear en coche… La virgen cantaba, San José reía y el bebé lloraba de hambre que tenía.

Pon pon pon, la manita en el bordón, las muchachas en la puerta y el viejito en el rincón… Aserrín, aserrán, los maderos de San Juan, piden queso y piden pan, no les dan, les dan un hueso en el mero pescuezo…

Así, absurdos, pero llenos de dulzura, son todos esos cánticos que ayudan a las madres a llevar su difícil, pero encantador papel de madres

ESCRÍBALE A JUAN RECAREDO: comodijo2@hotmail.com.

PREGUNTA DEL PÚBLICO:

Eric Rubio: Constantemente, corrijo a un vecino porque dice la palabra "haiga" y yo digo que es "haya" del verbo existir, pero consulto el Diccionario de la Lengua Española y me dice que esa palabra no existe. ¿Puede decirme por qué?

RESPUESTA:

La palabra haya sí existe, pero es una forma de conjugación del verbo haber. Es el presente del modo subjuntivo del verbo haber en primera y en tercera persona: Yo haya y él haya.

Me retiro con esta frase: La vieja práctica de un tirano es usar a una parte del pueblo para someter a la otra parte. ¿Cómo dijo? LAS PALABRAS TIENEN LA PALABRA.

Por: Juan Recaredo

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