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Locke

Tom Hardy en la vía de la redención

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ÉDGAR GONZÁLEZ OVIEDO

El segundo filme del británico Steve Knight, protagonizado por Tom Hardy, es un drama interesante y bien abordado que a pesar de haber recibido muy buenos comentarios por parte de la crítica especializada no goza de gran fama, aún así vale la pena verla.

Locke es la segunda cinta escrita y dirigida por Steve Knight; aunque fue realizada en 2013, su estreno mundial tuvo lugar hasta marzo de 2014, apenas unos meses después del lanzamiento de Hummingbird (2013), su primer trabajo como escritor y director. Antes de estos dos largometrajes el británico era conocido únicamente por haber los guiones de películas como Promesas del este y Las crónicas de Narnia: la travesía del viajero del alba.

Protagonizada por Tom Hardy, Locke es una película peculiar catalogada como un drama psicológico cuya trama se desarrolla por completo dentro de un automóvil y durante los poco menos de 90 minutos de trayecto que hay entre las ciudades inglesas de Birmingham y Londres.

Se trata de un drama transcurrido en tiempo real que para rodarse requirió de tres cámaras digitales filmando al mismo tiempo y que solo paraban cada 27 minutos para cambiar las tarjetas de memoria.

Dentro de su coche, Ivan Locke, interpretado por Tom Hardy, debe tomar la decisión de ir a su casa y continuar de manera normal con su vida de esposo, padre de familia y eficiente trabajador o afrontar las consecuencias de sus actos. Nuestro protagonista enfrenta esta disyuntiva de manera estoica, solo flaquea en algunos momentos, y trata de mantener la calma cuando toda su vida parece derrumbarse sobre él.

A través de una serie de llamadas telefónicas, Locke trata al de coordinar el más grande vertido de concreto en toda Europa, su mayor logro laboral, al que decidió faltar para presenciar el nacimiento de su hijo, producto de una relación extramarital, al mismo tiempo que intenta explicarle a su familia sus errores y lo que lo llevó a cometerlos.

LIMITADOS POR EL ESPACIO

En los últimos años, ha surgido una tendencia hacia los dramas de un solo personaje. En 2010 Rodrigo Cortés estrenó Buried, con Ryan Reynolds, un drama sencillo pero poderoso, un contratista civil se despierta encerrado en un ataúd de madera, sin más con él que una lámpara y un encendedor, encerrado además en una carrera contra el tiempo antes que se le termine el aire.

El mismo año, el inglés Danny Boyle, contó una cruda historia, 127 Horas, basada en el montañista Aron Ralston, quien en 2003, al escalar por los cañones de Utah, sufre una caída, quedando su brazo atrapado y aplastado por una roca.

Dos años después el cineasta Ang Lee estrenó Life of Pi, drama sobre un náufrago hindú que queda a la deriva en el océano Pacífico, acompañado de un tigre de bengala.

Todas estas películas tienen en común tener a sus protagonistas confinados en situaciones atípicas y desesperantes, en todas, los personajes han tenido que tomar decisiones difíciles, Locke no es la excepción, durante su trayecto al hospital, intentará arreglar su vida y su repentinamente desquebrajada relación matrimonial, reivindicarse como persona y mantener su trabajo.

Durante algunos momentos de soledad, Locke mantiene conversaciones con su padre muerto, o al menos con su recuerdo; estas secuencias encierran la esencia de la catarsis más dura que tiene que enfrentar.

A pesar de ser un filme donde lo único que vemos durante más de una hora es a un hombre hablando por teléfono, Locke es un montaje que no aburre gracias a la composición de los distintos cuadros, los cuales le dan dinamismo a la secuencia, así como a la música que complementa cada momento de la trama. Pero sin duda lo que más atractiva hace la película son los diálogos y la actuación de Hardy, son esos los elementos los que concentran la acción y transmiten al espectador el complejo drama que está viviendo el protagonista.

EL TALENTOSO HARDY

Tom Hardy entrega una de las mejores actuaciones de su carrera, demuestra que puede sostener una película entera en sobre sus hombros, no se sobra en su interpretación, tampoco se queda corto a la hora de expresar, ofrece una interpretación soberbia. Ya en Bronson había dado muestras del gran potencial actoral que posee, sin embargo, en ese entonces algunos pusieron en duda su calidad argumentando que había contado con muchos más elementos a su favor, una banda sonora llena de canciones de autores reconocidos, tanto del pop (The Walker Brothers, Glass Candy) como de la ópera (Giuseppe Verdi y Puccini), así como la atractiva ambientación setentera y un guión basado en la vida de un reconocido preso.

Sin embargo, en Locke Hardy da un golpe de autoridad y se encumbra como un actor de peso completo. A lo largo de la película el espectador puede sentirse como el copiloto de Ivan, viéndolo atravesar por una serie de emociones complejas expresadas a través de una mirada, un ligero cambio en su voz, un gesto, un ademán de frustración,

Al contrario de las otras películas antes mencionadas, donde los protagonistas son confinados a un pequeño espacio cuyas condiciones son la base del sufrimiento e incomodidad del actor, en Locke Hardy hace las veces de un león enjaulado queriendo huir de su auto y su interpretación es convincente, brillante.

CARENTE DE PREMIOS

Esta película se estrenó en 2013 en el Festival de Cine de Venecia, pero llegó a las salas comerciales de Reino Unido en 2014 y tuvo una modesta recaudación de cinco millones de dólares, dos más que el costo de producción. La fecha de su estreno fue una de las razones para no ser considerada en la temporada de premios más importantes de ese año, ni el siguiente.

En la temporada de premios de 2013, Locke se tuvo que enfrentar películas como 12 años de esclavitud, ganadora del Óscar a mejor película; Gravity, que arrasó con los galardones de las categorías técnicas y de mejor director, y Dallas Buyers Club, que se llevó los premios a mejor actor y mejor actor de reparto.

Para la temporada de premios de 2014, que fue el año de estreno comercial de la película, tuvo de nuevo adversarios de peso como Birdman, El gran hotel Budapest, El código enigma y American sniper, entre otros títulos. Parecía difícil que Locke pudiera figurar en algún certamen de prestigio, Steve Knight y Tom Hardy sólo fueron reconocidos en un par de premios no tan reconocidos, como los Empire, los Premios del Cine Independiente Británico (BIFA por sus siglas en inglés) y los Premios del Cine Europeo.

A pesar de ser un buen drama, calificado en portales especializados como Rotten Tomatoes y Metacritics con altas notas, Locke ha tenido que conformarse con un discreto éxito quizá debido a que es una cinta de bajo presupuesto, escrita y dirigida por un director conocido únicamente por su trabajo como escritor y protagonizada por un actor que entonces no era considerado una superestrella; no obstante su premisa sencilla que encierra un drama complejo y la actuación de Tom Hardy la hacen un producto que muchos cinéfilos encontrarán atractivo.

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