Basílica menor de Nuestra Señora del Refugio en Tonaya. Foto: EFE/Ulises Ruiz Basurto.
Existe un recorrido turístico por la zona sur del estado de Jalisco cuyo principal atractivo es que retoma los andares del autor de Pedro Páramo, cuyo centenario de nacimiento se conmemoró el pasado 16 de mayo.
Los lugares también son anécdotas, personajes y descripciones que ayudan a los lectores a entender el universo de los creadores. Esto funciona incluso cuando los páramos retratados no contienen sino el bostezo del silencio y el gris andar de los fantasmas.
Admirar la obra de Juan Rulfo muchas veces lleva a tomar decisiones como viajar hasta el sur jalisciense para conocer el puñado de asentamientos que aparecen una y otra vez en los párrafos de El llano en llamas y demás letras rulfianas.
Rodrigo Sánchez, cronista del Sayula, asegura que el lugar de nacimiento del también guionista y fotógrafo recibió un trato más claro que otros destinos.
"No tanto como los pueblos con fantasmas, decadentes, tristes, (Rulfo) refleja a Sayula como una ciudad más luminosa, con más gente; es como el claroscuro en su obra", afirmó.
La cabecera saluyense es la puerta de entrada a la Ruta Cultural Realismo Mágico que autoridades estatales y federales impulsan como un corredor turístico.
El municipio guarda celosamente el acta de nacimiento de Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno y atesora la casa donde la familia solía asistir por temporadas cuando el escritor era pequeño.
Expertos afirman que Rulfo se sentía más identificado con los pueblos del 'Llano Grande', al que se llega por sinuosos y estrechos caminos.
Los lectores saben que Juan Preciado, protagonista de Pedro Páramo (1955), mira desde una colina a su llegada a Comala. El pasaje que da inicio a la célebre novela será escenificado dentro del recorrido con un mirador.
Abajo está San Gabriel, localidad que guarda vistas que podrían haberlo inspirado para escribir, según José de Jesús Guzmán, cronista del lugar, no solo la mítica novela sino al menos tres cuentos.
Ese rincón jalisciense dio origen a frases de rulfiana calidad como "San Gabriel sale de la niebla, húmedo de rocío.(...) Ahora está por salir el sol y la niebla se levanta despacito" o "De Apango han bajado los indios con sus rosarios de manzanillas, su romero, sus manojos de tomillo".
Allí, como parte del trayecto, también se encuentra el primer colegio al que asistió el pequeño Juan, la abandonada casa de la familia materna, y el lugar donde se tomó una de sus fotos más conocidas.
A 10 minutos del pueblo están las ruinas de la Hacienda Telcampana, donde la familia recogió el cuerpo de Juan Nepomuceno, padre de Rulfo, asesinado en la Hacienda de San Pedro Toxin.
Se dice que, al transportar el cuerpo, los trabajadores iban por el camino de terracería portando antorchas, "y desde lejos parecía como si el llano se estuviera incendiando". Ese pasaje bien pudo dar su nombre a El llano en llamas (1953), dice Guzmán.
La ruta también conduce a Apulco, comunidad de 300 habitantes que creció alrededor de la hacienda de la familia materna de Rulfo y que el escritor señaló en alguna ocasión como el sitio donde nació.
Laura Soto, delegada municipal, comentó que "Juan Rulfo venía cuando era menor, venía a la hacienda con sus abuelitos maternos. Posteriormente los abuelos se van a San Gabriel y después él venía con uno de sus hermanos" que administraba la propiedad.
A unos 40 kilómetros está Tuxcacuesco. En la primera versión de "Pedro Páramo" su creador tomó el nombre de ese pueblo; una recomendación del editor y se cambió por Comala.
Según Mauricio Llanos, director municipal de Cultura, Tuxcacuesco fue protagonista en las historias rulfianas, tanto que ahí la realidad se convierte en ficción o viceversa.
Sentada frente a la iglesia, la figura de Rulfo será inmortalizada con una estatua de bronce que permanecerá ahí a la espera de curiosos que lleguen siguiendo sus pasos.
