Se supone que los días de diciembre y de fin e inicio de año representan un tiempo mágico de conexión profunda con nuestros seres queridos comida rica, bebidas y regalos. La última semana del año nos ofrece una excelente oportunidad para descansar, reflexionar sobre el año que termina y prepararnos para el año que inicia. Podemos hacer estos días de descanso placenteros y productivos, pero debemos reconocer nuestras tendencias personales. Entre los profesionistas existen tres tipos de personas que no usan estos días adecuadamente.
Los que se olvidan por completo del trabajo. Cuando estos profesionistas envían su último correo electrónico en la oficina, antes de salir de vacaciones de Navidad, apagan la computadora y se sumergen en una completa desconexión del trabajo. Su única meta en estos días -y más que una meta es una compulsión involuntaria- es ver todas las series de la TV y al final, terminan estos días esta extrema inactividad sintiéndose frustrados preguntándose a sí mismos que fue lo que hicieron todo ese tiempo. ¿Por qué terminan insatisfechos después de estos días de aparente relajamiento?
La razón es que cuando necesitamos algo de tiempo para desconectarnos de las actividades productivas, también tenemos que satisfacer otras necesidades que hemos estado relegando en los últimos meses y que no han sido repuestas con relajamiento. Requerimos interacción social efectiva y con significado -ver series de TV con la compañía de otros no cuenta como interacción social efectiva-, actividad física y participación en otras cosas.
Los trabajholicos. Estas personas trabajan todo el tiempo, incluso en los días festivos de esta época navideña y de fin de año. Aun cuando están fuera de su oficina, saturan sus comidas de días festivos con actividades de su trabajo. El problema de esto es obvio: las investigaciones muestran que todos necesitamos calma y descansos en nuestro calendario, si ignoramos este hecho, sin duda terminaremos con agotamiento.
A veces está fuera de nuestro propio control el tener que trabajar en los días navideños y de fin de año. Nuestro jefe o las necesidades propias del trabajo así nos lo indican. Pero para los trabajholicos, hay una razón más subversiva: estos días representan una oportunidad de oro para ponernos al día si estamos atrasados. El tiempo sin juntas, sin exceso de correos y sin exceso de trabajo por hacer no existe para los trabajholicos, particularmente para los que desarrollan actividades administrativas.
Las investigaciones al respecto también indican que los gerentes cuentan en promedio con solo 7 horas a la semana para dedicarlas a ellos mismos en sus actividades de trabajo, incluso, esas siete horas están repartidas en momentos de 15 o 20 minutos. Para personas como estas, invertir tiempo para ponerse al día en el trabajo, es sumamente irresistible. Sin embargo, aunque sacar pendientes de trabajo en días de fiesta puede reducir el estrés de corto plazo, también se pierde la oportunidad de descansar para reducir el estrés de largo plazo.
Los fiesteros en exceso. Los fiesteros en exceso son como los trabajholicos, pero en otro contexto, el de las fiestas. En lugar de andar de una junta de trabajo en otra, se la pasan en estos días, de una fiesta en otra. Visitan a todos los parientes que pueden, aunque tengan que viajar muchas horas y no se dan tiempo para el descanso suficiente o para estar solos. Y cuando finalmente tienen algo de tiempo para ellos mismos, están demasiado cansados y se colapsan totalmente exhaustos.
En algunos casos lo anterior puede ser causado por una falta de límites para la auto protección -"No le puedo decir a la tía Fulana que este año no iré a verla en Navidad"-. En otros casos es debido a que la sobre energía que gastan en el trabajo, la quieren replicar en las fiestas. Se la pasan activos en todas las posadas, intercambio de regalos, reuniones de amigos, fiestas de vecinos, festivales navideños, encendido de árboles, desfiles de Santa y todo lo demás y llegan a la fiesta de fin de año totalmente agotados.
Debemos balancear nuestro tiempo de fiestas de Navidad y fin de año. Decida usted cuanto tiempo desea descansar, dormir. Cuanto tiempo le quiere dedicar al ejercicio y cuanto a lo que es su trabajo -si así lo desea- Establezca metas en todas estas actividades.
Dedicar tiempo a leer un buen libro o revista en un lugar tranquilo, sostener conversaciones profundas con amigos o familiares, robustece nuestra carga cognitiva y aumenta nuestra habilidad para enfrentar nuevas experiencias. Lo que importa es que en esta época dediquemos tiempo a aclarar nuestra mente olvidándonos del trabajo.
Dediquemos tiempo a las tradiciones. Las tradiciones nos ayudan a tener un escudo que nos proteja de las otras personas que tienen su propia idea de cómo debemos emplear nuestros días de fiestas navideñas. Les deseo a todos los lectores una muy feliz Navidad y un año 2018 muy prospero. ¡Salud!