La tercera ronda en la renegociación del Tratato de Libre Comercio (TLCAN) nos permite pensar en algunos supuestos: el gobierno mexicano no tiene un plan, no existe ninguna estrategia y que a pesar de que existe establecida una quinta ronda de renegociación, Estados Unidos está dispuesto a terminar el juego en la cuarta.
Pero empecemos desde el principio: ¿Quién está jugando? y ¿A qué estamos jugando?
Al parecer es México el que no ha entendido de qué se trata todo esto.
Luego de seis semanas de negociaciones se logró cerrar un capítulo de 28 que tendrá el nuevo Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el que discute la inserción de las pequeñas y medianas empresas en el comercio trilateral y que reconoce su importancia en la economía de los tres países, sin embargo, debe resaltarse que en un estudio de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) en México sólo el 0.8% de las empresas mexicanas realizan exportaciones y son específicamente las macroempresas con más de 500 trabajadores que concentran más del 82% del comercio exterior industrial en el país.
La cifra refleja el nivel de concentración que tiene la economía mexicana en materia de comercio exterior, y lo difícil que será para las pymes insertarse en este contexto internacional, por lo que pareciera que esta tercer reunión en Ottawa no fue lo exitosa que se esperaba.
Esto se debe a que el capítulo de pymes fue más un ejercicio de entre países de conocimiento entre rivales, ya que no se pudieron concretar temas relevantes como el déficit de Estados Unidos con México y Canadá o el apartado agropecuario o lechero.
Es imporante recordar que al final de la reunión que terminó el día 27 del mes se esperaba tener listos al menos 4 capítulos y no sólo uno.
Dentro de esta ronda de negociaciones del TLCAN 2.0 y de acuerdo a los negociadores de los tres países se pudo avanzar en temas como telecomunicaciones, política de competencia, comercio electrónico y temas fronterizos, sin que éstos pudieran ser finalizados, asimismo, se vio de manera general temas como el laboral, el Capítulo 19 que hace referencia a la solución de controversias y la cláusula Sunset que habla de renegociar el tratado cada cinco años, sin que se pudiera llegar a un acuerdo definitorio en ninguno de estos aspectos.
Al decir esto el secretario de Economía Ildefonso Guajardo, dados estos resultado existe la posibilidad de que las negociaciones se extiendan hasta el siguiente año.
De acuerdo a este escenario la incertidumbre del sector empresarial mexicano podría incrementarse con los respectivos efectos en la inversión y sus proyectos de futuro.
De acuerdo al Reporte sobre Economías Regionales del segundo trimestre de 2017 que presentó el Banco de México, para los empresarios un factor de incertidumbre es que la renegociación del TLCAN resulte desfavorable para nuestro país, además se suma un ingrediente adicional que es también un factor de riesgo, según Banxico que es la incertidumbre del próximo proceso electoral del 2018 y que incida adversamente sobre el gasto programado, especialmente en inversión; ambos son temas importantes que afectarán las expectativas de los inversionistas en México, ahora, si se juntan ambos factores podrían tener un impacto significativo en el corto plazo en la economía en nuestro país y sus expectativas de crecimiento.
Los temas nodales de la negociación siguen ahí, y no pudieron ser cerrados en esta semana como el que tiene que ver con las reglas de origen que de acuerdo a la Organización Mundial de Comercio (OMC) se refiere a los criterios necesarios para determinar la procedencia nacional de un producto y que, por su parte, Estados Unidos quiere modificar en el acuerdo comercial de tal manera que se establezca una cantidad de contenido norteamericano mínimo en los productos y que podría afectar la relación comercial que existe actualmente.
Y el segundo tema relevante es el que refiere al mercado laboral y que desde nuestra consideración es donde se podría situar la mayor discusión de las negociaciones, lo que para el secretario de Economía es "una oportunidad en el proceso de modernización del TLCAN que le permite a México plantear el fortalecimiento de los derechos laborales" para los líderes sindicales de los otros dos países es un problema en las leyes laborales flexibles que existen en México que crean sueldos muy por debajo de sus socios comerciales y que afectan la relación.
Mientras que por su parte los canadienses se metieron hasta la cocina en el tema hablando incluso de la necesidad de eliminar a los sindicatos charros de México que no ayudan a los trabajadores e indirectamente hacen referencia a la necesidad de fortalecer a la clase trabajadora en su capacidad de ser un contrapeso económico, los norteamericanos fueron un poco más incisivos al hacer referencia a que México sólo debe sujetarse a los lineamientos establecidos por la Organización Internacional del Trabajo evitando la discriminación ocupacional y la mano de obra infantil, también refirieron la necesidad de que en México los trabajadores tengan el derecho a la asociación y negociación colectiva de los empleados. Y en nuestro país el presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), Manuel Herrera Vega, manifiesta que el tema salarial ni siquiera debería ser considerado en las conversaciones del TLCAN.
Éste es sin duda el problema de fondo de la economía mexicana no de los últimos 23 años que inició el acuerdo comercial, sino desde hace 40 años debido a que la competitividad del país se busca exclusivamente a base de una mano de obra barata sin mas proyecto económico y de atracción de inversión que ése y que ha derivado en muchos otros problemas en la economía mexicana como la informalidad, la pobreza, la desigualdad, etc.
Es claro que el gobierno no tiene idea que inició tarde en este juego, que no sabe las reglas y desde luego no tiene una estrategia para solucionar esta desventaja.
