El Foro Económico Mundial presentó su Índice Global de Competitividad en el cual ubica a México en la posición número 51 de 137 países. Esta posición no tuvo modificaciones respecto al Índice de 2016-2017, donde México también ocupó el lugar 51, pero de 138 naciones evaluadas el año pasado.
Ante estos datos, podríamos considerar que nuestro país en materia de competitividad se encuentra en una buena situación, si tenemos en cuenta los acontecimientos económicos que se han presentado durante el último año como la renegociación del Tratado de Libre Comercio o las variaciones de tasas de interés, o el proceso inflacionario que hemos vivido, entre otros, sin embargo, esta visión es por demás optimista.
Es cierto que el informe resalta de forma muy positiva que el país ha seguido evolucionando en materia de competitividad, sin embargo, también deja ver que su mejora crece a un ritmo más lento que otras naciones.
Y es aquí cuando el resultado de competitividad se empieza a 'tambalear' , pues entonces se necesitan ver pilares como: las instituciones, la eficiencia del gasto público y el comportamiento de las instituciones privadas en materia de ética y responsabilidad corporativa.
Es precisamente, en estos puntos donde México no ha mejorado su desempeño, sin mencionar la educación o la participación femenina como proporción de mano de obra respecto a hombres.
Lejos de emitir un juicio y señalar que el índice nos arroja un resultado positivo y negativo, le dejo a usted la mejor opinión con estos supuestos:
El repote del foro económico mundial se integra de doce pilares, lo cuales construyen el índice de competitvidad.
Los que mejor desempeño tuvieron son los de la eficiencia de los mercados financieros que integran rubros como: la disponibilidad de servicios financieros, el acceso a préstamos o la regulación de las bolsas de valores.
Otro pilar con buen desempeño es el del entorno macroeconómico, mientras que los que tuvieron retrocesos significativos fueron el de instituciones que retrocedió 31 posiciones y Salud y educación primaria que pasó del lugar 68 al 76, dando las cifras sin ser pesimistas.
Debemos recordar que la competitividad es la capacidad de desarrollar ventajas por parte de individuos u organizaciones respecto de sus competidores, bajo esta sencilla definición podemos reconocer que las naciones no compiten, solamente generan las condiciones de atracción de inversión y de desarrollo humano, así como de crecimiento económico que le permita a los residentes de ese lugar acceder a mejores niveles de vida.
A pesar de esta consideración algunos especialistas hacen referencia a la competitividad en el ámbito internacional que se refiere a la capacidad que una nación tiene para competir en los mercados de manera efectiva y así elevar el nivel de vida de su población.
Para lograrlo debe hacer uso de varias herramientas como el entorno macroeconómico, la innovación, mercados financieros, infraestructura, salud, educación, mercado laboral, entre otros, es así como distintas instituciones a nivel internacional consideran este tema como fundamental para las naciones, entre ellos el Foro Económico Mundial.
Entre los factores que más han afectado a la competitividad de México en los últimos años se encuentran: La corrupción, el crimen, la burocracia, la tasa de impuestos, las regulaciones, el acceso a financiamiento y la educación.
Si bien es cierto, son condiciones que ya conocemos que privan en México, el dato relevante se encuentra en las posiciones en las que nos encontramos y que son comparables con países subdesarrollados completamente y que pueden volver pesimista a cualquiera.
Por ejemplo, el tema de las instituciones públicas (habla de la calidad de las instituciones de gobierno, el funcionamiento del marco legal y las condiciones de corrupción que privan en el país) presentan el dato de cómo se ha comportado la desviación de fondos públicos durante este sexenio y se pasó del lugar 88 al 127, nada más hemos caído 39 posiciones.
O bien, los pagos irregulares y sobornos que en el índice de 2012 se tenía el lugar 88 para este último informe ya somos el 105, se pierden 26 lugares.
El otro tema es el comportamiento ético de las empresas que pasa en seis años del lugar 76 al 117, con lo cual pierde 41 posiciones.
Entonces, aquí estamos viendo un problema endémico, aquí no vemos un problema exclusivo de gobierno; los tres datos nos muestran que el tema de la corrupción también pasa por los ciudadanos que somos los que sobornamos y de las empresas y su comportamiento ético.
Lo invito a hacer un examen retrospectivo y se pregunte, ¿he perdido competitividad en los últimos seis años?
Y en este análisis incluya su comportamiento en términos de sobornos, corrupción y ética profesional. Y sí, el tema de corrupción no es un tema exclusivo del gobierno, y nos atañe a nosotros... también.
Pero, aunque parezca pesimista en mi supuesto, lo invito a usted a que piense un poco más a fondo y se detenga a analizar el tema educativo.
Es el de la educación donde la calidad de la enseñanza primaria en el índice de 2012 daba a México el lugar 118 para el informe 2017-2018 avanzamos sólo 4 lugares con todo y reforma educativa, en el caso de la matrícula de educación secundaria se retrocedió del lugar 71 al 74, y la tasa de la matriculación en la educación terciaria cayó 3 lugares. Esto nos deja en el lugar 81 de 137 naciones, muy por debajo de la media.
Pero deje a un lado mi supuesto pesimista sobre la competitividad (que no necesariamente lo tiene que ser para usted), si bien es cierto, que las condiciones de competitividad en México no son las óptimas, considero que los principales temas que debemos enfrentar como sociedad se ubican en el tema del funcionamiento de las instituciones públicas y en la educación, y mientras no enfrentemos estos temas como prioritarios difícilmente seremos el país que deseamos ser.