Pra ser político en México hay que padecer de mala memoria. Si no me cree, pregunte a los dirigentes y miembros del llamado Frente Ciudadano qué ocurrió la noche del 20 al 21 de octubre de 2016. Seguro no se acuerdan, aunque no ha pasado un año, pero los diputados estaban en una sesión del pleno que se prolongó de la noche a la madrugada y en la que aprobaron una ley de ingresos que, entre otras cosas, adelantaba la liberación del precio de la gasolina de enero de 2018 a 2017. Era el llamado gasolinazo.
Este pasado 13 de septiembre los dirigentes del PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano se comprometieron a una "agenda legislativa" de cara a las elecciones de 2018. La agenda abunda en generalidades y promesas vagas, pero tiene algunas medidas concretas. Los líderes dicen, por ejemplo, que van a impedir el pase automático del procurador a fiscal y que van a eliminar el fuero. Prometen cambiar la Ley de Adquisiciones para que desaparezca la corrupción. Buscan suspender el registro de personas en los programas sociales en tiempos electorales. Pretenden subir los salarios por decreto y combatir la inflación al mismo tiempo. Quieren también dar marcha atrás al gasolinazo mientras protegen el ambiente.
La mala memoria de los líderes es notable. Sus partidos votaron a favor de la reforma del sistema de justicia y del pase automático de procurador a fiscal, y también de la designación de Raúl Cervantes como procurador y futuro fiscal. Aprobaron además el gasolinazo. Sí, 102 diputados del PAN, 42 del PRD y 20 de MC votaron en lo general por la Ley de Ingresos que adelantaba la liberación de la gasolina. En el Senado, 15 panistas y nueve perredistas la aprobaron. La agenda del Frente tiene propósitos políticos. El mensaje es que han terminado los tiempos en que los partidos de oposición estaban dispuestos a colaborar con el gobierno para promover medidas en beneficio del país. Cualquier colaboración está hoy descartada, incluso en temas en que la ideología y las políticas del PRI, el PAN y el PRD han coincidido. En tiempos electorales se declara una guerra abierta contra el partido gobernante. Lo único que interesa es conquistar el poder.
No será fácil para el Frente dar marcha atrás en la liberación de la gasolina. No se trata nada más de derogar el adelanto de la liberación, sino establecer controles de precios a la gasolina. Se requerirían cambios constitucionales y el Frente no tiene los votos para impulsarlos.
Quizá la razón por la que el Frente está proponiendo revertir el gasolinazo es precisamente por la improbabilidad de lograrlo. La iniciativa sería un golpe no sólo contra las finanzas públicas, sino que obligaría a restablecer un subsidio injusto a la gasolina. No es correcto, después de todo, que los impuestos generales se usen para subsidiar la gasolina que usan de manera preponderante los ricos. Para revertir el gasolinazo, por otra parte, habría que etiquetar dinero para pagar el subsidio y habría que decidir a qué otros programas se les recortarían los recursos. El subsidio, por otra parte, promovería un uso mayor de la gasolina y aumentaría la contaminación de la atmósfera.
Nada de esto importa al Frente Ciudadano, que lo único que quiere es ganar las elecciones de 2018. Una vez que triunfe, ya decidirá qué hacer. Supongo que ningún gobierno sensato aumentaría el subsidio a la gasolina. Pero la sensatez es un estorbo en tiempos electorales.
CARA INDEPENDENCIA
Ni el nacionalismo ni la independencia garantizan una mayor prosperidad para un país. El producto interno bruto per cápita de México cayó 11 por ciento entre 1820 y 1870 (Angus Maddison). Al país le costó muy cara la independencia: una recesión de 50 años.
Twitter: @SergioSarmiento