Aunque este año el panorama fue diferente y las restricciones fueron menores para las familias que acudieron al Panteón Jardines del Carmen para visitar a sus difuntos, la molestia y el enojo siguen. Y es que el riesgo de derrumbes y hundimientos están latentes en la zona que en el 2012 quedara bajo el agua y que hasta el 2016, no se tenía un libre acceso.
Bajo su propio riesgo, fue como ingresaron las familias a la zona que fue delimitada con una barda y en donde se puede leer en una gran lona "Precaución, zona en recuperación".
Aunque esta vez no se les prohibió ingreso, no se les facilitó el paso a los visitantes, pues únicamente se hizo más grande un hueco en la barda perimetral y se colocaron dos pares de block en cada lado, para que la gente pudiera ingresar. Para las personas mayores o con alguna limitante física, no fue fácil el acceso.
"Están feas, pésimas las condiciones, para poder entrar tuvimos que cruzar, mi mamá no puede caminar bien y tuvo que brincar la barda.
Fue lo mismo, nada de accesibilidad, no hay paso, no nos tienen ningún paso, es como si nos estuviéramos brindando. Yo la encuentro igual", comentó con molestia Marisela Hernández.
En la zona en donde se encuentran los familiares de Griselda Zapata, la fractura del terreno es tal, que se puede ver que parte de la barda y parte del camino está por desmoronarse. Ante tales condiciones, este año decidieron no rezar el rosario y únicamente colocar unas flores, ante el temor de sufrir un incidente.
"Nada más les dejo sus flores y me retiro, está en peligro, está derrumbada esa esquina, hay temor de que pase algo", dijo mientras se retiraba del lugar.
Lucia Navarro también manifestó que parte del terreno en donde se encuentra sepultado el cuerpo de su esposo, está hundido. Asegura que la empresa le dijo que en algún momento iban a cambiar a los difuntos, "también nos dijeron ustedes saquen a sus muertos… cómo voy a comprar otro terreno" señala la mujer.
A doña Griselda, le comentaron que siete años después de la última persona sepultada, se les daría otro terreno y que se encargarían de todos los trámites, y de su exhumación, "nosotros entre comillas nos vamos más contentos porque mi hermano ya va a cumplir seis años de que fue sepultado".
Fue de esta forma como decenas de familiares cuyos difuntos se encuentran en la zona en riesgo, celebraron el Día de Muertos, en medio de enojos e impotencia.
Sin cambios. Derrumbes, hundimientos y sin entradas, es como se encuentra la zona en riesgo del Panteón Jardines del Carmen. (FERNANDO COMPEÁN)
