Según Gandhi, la "no violencia" no era pasividad o sumisión, sino la "suprema virtud del valiente". La lucha contra la injusticia y la búsqueda de la Verdad sólo se da por el pueblo unido contra toda tiranía, sea extranjera o nacional. Por ello el "Alma Grande" insistía que "la fuerza más poderosa contra la opresión es la lucha no violenta". León Tolstoi inspiró la idea de "no-violencia activa" que presupone la desobediencia civil.
Entre marzo y abril de 1930 se realizó la "Marcha de la Sal" manifestación popular emprendida por Gandhi desde el Norte de la India hasta las costas del Océano Índico; la sal representaba para el Imperio Británico, amo y señor de la India, un poder absoluto sobre la voluntad de ese pueblo. Que Gandhi fuera a sacar sal de la mar y comerciara libremente con ella, era considerado un acto ilegal y debería ser castigado. Después de la marcha Mahatma y sesenta mil de sus compatriotas fueron aprisionados, pero el gobierno inglés empezó a negociar y permitir que los hindúes no pagaran impuestos por la sal. Fue el principio de la independencia de esa nación; la cual se logró pacíficamente, sólo con la acción popular y marchas continuas que obligaron a Inglaterra a darle su libertad en 1947.
Hoy en todo el país estamos aprendiendo a exigir pública y abiertamente a los diferentes niveles de gobierno, sin importar su origen partidista, que respeten la constitución; a esa pobre anciana de cien años que pisotean y violan diariamente, y que al ser vilipendiada, ofenden de manera agravada a todos los mexicanos en su dignidad.
Una de las formas más recurrentes de exigir respeto s los derechos es justamente con marchas, ello porque las acciones burocráticas de las autoridades judiciales no otorgan justicia, el poder judicial se ha convertido en cómplice del poder ejecutivo que es el primer violador y del congreso que se asocia delictivamente con éste, gracias a prebendas, bonos y privilegios que le otorga con el dinero del pueblo, al cual traicionan. Para todos ellos los feminicidios, los homicidios dolosos y los secuestros, no existen.
Hace ocho días, miles de laguneros salieron a las calles a manifestar su desacuerdo con la forma como se está manejando el país en todos los niveles gubernativos; eran personas que creen que aún se puede lograr mucho por la vía pacífica, la única válida en esta época social; seres comprometidos con su comunidad que acudieron libremente a manifestarse; el único estímulo a su participación fue ejercer su amor a la comunidad en un acto de entrega cívica y ciudadanización de las pocas acciones políticas honestas que aún quedan. Mexicanos convencidos que el principal problema de México está en su propio gobierno y no en las fanfarronadas del presidente vecino; que debemos unirnos, sí, pero para evitar que nos siga sangrando el régimen fratricida actual.
Es un insulto grave, aberrante y torpe que funcionarios municipales y estatales opinen que las marchas en Torreón y en otras ciudades del estado son promovidas por un partido político opositor a su corrupto régimen; aun cuando el candidato de este mantenga animada amistad con el gobernador. Los ciudadanos que acuden a estas marchas y manifestaciones van por convicciones propias; no son acarreados como los que ellos llevan a sus campañas del PRI; son personas pensantes y aunque muchos puedan tener diversas necesidades económicas, no venden su conciencia por una torta, una despensa o materiales de construcción.
Lo que ocurre es que estos políticos con rampante hambre de riquezas, no son capaces de creer que existan personas honestas; el ambiente en que ellos se desenvuelven es de codicia, ambición y miseria humana. Hay inseguridad; hay corrupción; hay impunidad y hay opacidad. No es una mera percepción opositora; es substancial, solo los que viven en ese mar proceloso y tormentoso pintado de rosa y negando su indignidad, no ven la realidad. Como prueba baste el increíble cinismo del vocero de la presidencia al decir que la sociedad mexicana está unida en torno a su presidente; entonces: ¿son extranjeros las miles y miles de personas que gritan "fuera Peña" en las multitudinarias marchas populares? ¿Son falsas las múltiples encuestas que aseveran que más del noventa por ciento de los mexicanos rechazan el gobierno de peña nieto?
Nosotros, los ciudadanos necesitamos ser implacables, intolerantes e intransigentes ante la corrupción, la impunidad y la opacidad, de cualquier color partidista que ostente. El pueblo debe combatir esos vicios con razonamientos éticos; sin utilizar lo visceral, eso equivale a la famosa "llamarada de petate"; sino un auténtico compromiso social. Debemos ir más allá de la simple simpatía por las acciones de las organizaciones ciudadanas y alcanzar con ellas un real cambio en nuestra comunidad; alterar al gobierno de manera permanente al conseguir justicia social para todos los habitantes de este país.
Gracias a Morelos, tenemos la "Soberanía Popular": derecho de alterar o modificar la forma de gobierno, como pregona el artículo 39 de nuestra constitución vigente. Esta recuperación de nuestra soberanía, ya nadie la detiene. Pero debemos abrir muy bien los ojos sobre marchas espurias que está organizando el mismo gobierno, quien aprovechando las agresiones del loquito del norte, pide manifestarse en contra de él y enredarse cerrando filas en torno al líder nacional de la corrupción; esos son distractores que empañan la imagen auténtica del malestar ciudadano. Debemos tener mucho cuidado y rechazar a lobos rapaces vestidos de ovejas.