Presagio: presentimiento de que algo funesto va a suceder;
Pero sólo sucederá si nosotros permitimos que suceda.
Dos años antes de la llegada de los españoles a la gran Tenochtitlán, ocurrieron varios fenómenos que los aztecas consideraron presagios funestos. Augurios apreciados como una catástrofe próxima que terminaría con la gran civilización mexica: avistamiento de "una espiga de fuego en el cielo"; un incendio sin causa aparente destruyó el templo de Huitzilopochtli; caída de un rayo en el templo del dios Xiuhtecutli, sin que se escuchara trueno alguno; lluvia de estrellas moviéndose incesantemente: marejada atípica del lago de Texcoco, inundando parte de Tenochtitlán; aparición fantasmal de una mujer en cuyos lamentos gritaba: "Hijitos míos, tenemos que irnos lejos", "Hijitos, ¿a dónde los llevaré?"; captura de un extraño pájaro en cuya cabeza había un espejo donde el emperador vio jinetes cabalgando venados sin cuernos y, la aparición de monstruosas criaturas bicéfalas.
A estos hechos mágicos, según la mentalidad náhuatl, se sumaba la leyenda de Quetzalcóatl, el dios blanco barbado, que se había ido enojado por el oriente, profetizando que un año uno caña regresaría a recuperar su trono. Moctezuma Zocoyotzin, un emperador timorato e indolente, cuando en 1519 (año uno caña) recibió noticias del desembarco de Hernán Cortés en Veracruz, tembló de pavor; el conquistador era aún un insignificante capitán cuando llego a la Gran Tenochtitlán, Moctezuma dócilmente accedió a sus caprichos; lo recibió con grandes honores en su palacio y balbuceante aceptó sus regaños. Cortés jamás negó la causa de su visita: "España siempre por delante"; "La religión católica como única" y "terminación con las civilizaciones Mesoamericanas". Después vino la debacle y se estableció la colonia; ésta trastocó todo en el Anáhuac: etnia, religión, economía, lenguaje y hasta gastronomía por 300 años.
Hace nueve días, en el acto protocolario del aniversario de la bandera que nos legó Agustín de Iturbide; enrique peña nieto encabezaba, en razón de la investidura que aún ostenta, el acto cívico al lábaro patrio, cuando éste, al ser izado se rasgó ante el estupor del presidente, quien pusilánime tímidamente volteaba a todos lados. Un accidente común y corriente, pero que muchos mexicanos quisieran verlo como un augurio nefasto más de los muchos que vive nuestro país.
Claro que sería tonto, ingenuo y hasta mágico pensar que ese hecho sea augurio, habrá quienes así lo crean, pero una persona inteligente diría que no tiene nada extraordinario. De acuerdo, pero existen otros agüeros que son "científicos" y que si presagian tragedias graves a los mexicanos y están muy claros en la economía y en la política.
2017 Se proyecta como un mal año para la economía mexicana; una creciente inflación mayor al 5.4% como no se veía desde hace varios lustros y, por el contrario, un raquítico crecimiento de 1.4%, según la calificadora internacional Moody's, Este bajo crecimiento económico y la devaluación del peso frente a las monedas extranjeras, provocará la caída del producto interno bruto, que según "El Economista" periódico especializado, será una quinta parte más bajo que el obtenido en 2014. Esta reducción del PIB nos coloca en el 56% del promedio de los sudamericanos y ese decrecimiento se acentuará más (15 a 20%) al final del sexenio.
Todo esto, independientemente de que dicho ingreso no se reparte igualitariamente entre todos los mexicanos; (existen graves disparidades entre lo que reciben los ricos y lo que llega a los pobres), ubicados entre los países con mayor desigualdad en el mundo. Según Oxfam México, el 1% de la población posee el 43% de la riqueza; mientras existen 53.3 millones de mexicanos en condiciones de pobreza; al mismo tiempo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) encuentra al salario mínimo por debajo de la línea de pobreza, siendo su actual poder adquisitivo un 32% del percibido en 2003. Cierto que factores externos ayudan a la crisis nacional, pero son las decisiones gubernamentales las que provocan la mayor vulnerabilidad.
Agreguemos que agencias internacionales están señalando a México bailando sobre la cuerda floja debido al alto nivel de endeudamiento y bajo crecimiento; esto significa una perspectiva negativa en su soberanía y estabilidad financiera. El pago de intereses de la deuda federal ha aumentado un 46.2% respecto a 2015, por ello, es de esperarse la caída abrupta de programas sociales y sus beneficios, dirigidos en especial a la compra de votos, haciendo la pobreza más insufrible.
En el ámbito político el augurio para sufragios este año es de fraudes electorales, preludio del nacional de 2018; Pero si usted es incrédulo en augurios y presagios, lo que no puede negar son los milagros; como el de hace ocho días en Coahuila en la elección interna del PRI, en la que se dio la "multiplicación de los votos y votantes" Habiéndose impreso sólo 400,000 boletas, hubo más de 500,000 votadas y, los votantes acudieron en forma espiritual a las casillas, que lucieron físicamente vacías, pero con urnas atiborradas; ¿Vaticinio para el 4 de junio?
El máximo prodigio fue la parodia de bajar dos centavos la gasolina; sólo para callar las protestas ciudadanas; luego, agarrando vuelo, subió un centavo y seguirá fluctuando. Pero la electricidad se elevó hasta un 17%; justificándose por los precios de los combustibles; en Holanda utilizan como generador de energía las mareas; eso no cuesta nada y la inversión inicial se paga en pocos años, pero los políticos holandeses no roban al pueblo; invierten correctamente el erario.
El gran milagro es encontrar un pueblo que sigue tan tranquilo, votando por los eternos detentadores del poder; escudados por sus aliados azules, amarillos o morenos, el color da lo mismo, todos finalmente son iguales y millones de mensajes en las redes sociales hablando bien del PRI y sus candidatos, sólo que, curiosamente, todos esos "bots" son idénticos (cero imaginación) y a sus creadores les pagan con nuestros impuestos.
