— Benito Juárez
En la mitología griega, surge la figura de Procusto, era éste un bandido y posadero del Ática, considerado hijo del dios Poseidón. Vivía en las colinas y siempre que se presentaba un peregrino solitario, le ofrecía posada; lo seducía y lo invitaba a tumbarse en una cama de hierro. Si la víctima era alta, Procusto la acostaba en una cama que le quedaba corta y procedía a serrar las partes de su cuerpo que sobresalían. Si por el contrario era de baja estatura, la cama resultaba larga, por lo que le maniataba y descoyuntaba a martillazos hasta estirarla al tamaño del lecho. De acuerdo a la leyenda mitológica, nadie coincidía jamás con el tamaño de la cama porque ésta era secretamente regulable: Procusto la alargaba o acortaba a voluntad antes de la llegada de sus víctimas. Así continuó muchos años con su reinado de terror hasta que se encontró con el héroe Teseo, quien se dejó seducir, pero al entrar a la choza, sorprendió a Procusto y lo subió a la dichosa cama, cortándole a hachazos la cabeza y los pies.
Esta cama legendaria se utiliza como ejemplo para diversas enseñanzas, en nuestro caso la inferimos en la falacia "ad ignorantiam"; que apela a la ignorancia, o sea, aquella en la que se trata de deformar los datos de la realidad para que se adapten a una hipótesis previa; busca defender la verdad o falsedad de un enunciado basándose en la idea de que nadie ha probado lo contrario; tal como sucede hoy en las múltiples encuestas electorales que por aquí circulan.
Todo parece indicar que a los mexicanos nos están negadas tanto la democracia como la verdad que ella implicaría; desde 1929 estamos viviendo una dictadura disfrazada de democracia a través de un partido fraudulento, violento y profundamente antidemocrático. En sus 88 años de vida se han vivido grandes fraudes electorales, destacándose en ese mismo año de parto: estafa a quienes votaron por José Vasconcelos; en 1940 lo sufrió Juan Andrew Almazán; en 1952 el general Miguel Henríquez Guzmán, en 1958 Luis H. Álvarez y en 1988, con el sistema caído, Cuauhtémoc Cárdenas. Ello independientemente de los cientos en gubernaturas y ayuntamientos; como los múltiples en Torreón, destacándose los de 1978 y 2013.
Pero contra aquellas artimañas de robo de ánforas; desaparición de casillas, amago y hasta asesinato de candidatos, surgen otras más sutiles, primero la compra de votos con dinero del erario y, muy posiblemente, de donaciones ilegales; pero en el campo de lo intangible, que hoy por hoy es muy efectivo para engañar la mente del elector, se editan las encuestas de preferencias. Cada candidato tiene su grupo de supuesto sondeo, generalmente "fantasma", y presenta, como la cama de Procusto, resultados de acuerdo a los intereses del político pagador; así por ejemplo: existen "empates técnicos" ahí donde está claro que la diferencia es sustancial, o casos donde candidatos que nadie cree factibles, presentan sondeos que les dan ventajas de hasta 10 puntos; indagaciones nada creíbles; y lo más interesante; datos de que el 95% de los coahuilenses queremos el cambio, pero el candidato delfín de la casta saqueadora tiene más del 35% de aceptación: ¿Entonces? ¡Cambio o continuidad!
Existe además el síndrome de Procusto que se caracteriza por no aceptar a los demás ni permitir su desarrollo; se trata de destruir a quien busca o logra sobresalir. Por ejemplo, el candidato lacayo de la tiranía actual coahuilense, está sostenido por una coalición de siete partidos, pero cuando se empiezan a organizar los oponentes, les llama "rajones" y no quiere que ellos se unan; este síndrome, demuestra la absoluta intolerancia a los demás; es una auténtica evasión de la realidad y revela una animadversión destructiva, producto de un complejo dictatorial con delirios de grandeza; todo ello queda demostrado cuando vierte la siguiente alocución: "Es una confabulación con objetivos perversos que evidencia desesperación, una carencia de ideales y una gran debilidad política de cada uno de ellos" Como si esos "narcisistas" fueran a unirse. Pero que gran miedo le abate.
Aún más, Procusto ajusta su lecho en promesas de campaña; todos los candidatos, de acuerdo al lugar donde exponen, ofrecen el oro a sus compañeros de partido que están inconformes, a los burócratas saqueados cada día de pago con cuotas obligatorias y a los empresarios; y el moro a los grupos humildes; por ejemplo, hay promesas qué si se cumplieran, costarían miles de millones de pesos, ¿de dónde saldrían? Si el erario es muy raquítico, la deuda es inmensa y "se acabó como la gallina de los huevos de oro…".
Finalmente, apareció el Teseo de estos Procustos: el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos; organismo universal con sede en Londres, Inglaterra, quien vino a destruir el mito electorero de que la seguridad subsiste de la mano del PRI; siendo la realidad que cada día se realizan homicidios dolosos en número ascendente. Esta solvente organización que anualmente, desde 1958, realiza encuestas y compara datos provenientes de fuentes oficiales, realiza un balance de problemas de seguridad en todas las naciones del mundo, cuenta con expertos altamente calificados y posee una tecnología moderna para elaborar sus análisis y dictar sus conclusiones; determinó, científicamente, que México ocupa el segundo lugar mundial en criminalidad. Este informe que se dio a conocer en todo el orbe, enfureció al gabinete de seguridad nacional y echó por tierra la fatua campaña de los candidatos que se promueven con esta falacia. Finalmente, sólo Siria con su amarga guerra civil, sufre mayor número de muertes violentas que México. Ahora sí, nos ajustaron y no a la cama de Procusto, sino a la precisión matemática.
