Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra.
Mateo 23,3
En su poema "Yo soy el Gran Blasfemo", León Felipe; insigne bardo español del Siglo XX, inicia con: "El grito suena bien en el vientre de la cueva, el salmo bajo el mediodía de los templos y la canción en el crepúsculo... El grito es el primero. Hay un turno de voces: yo grito, tú rezas, él canta... El grito es el primero... tú eres el que grita... yo soy el blasfemo..." y parodiándolo en la misma oda, cuestionaré: ¿Quién ha roto el cristal de la democracia? ¿Quién ha sido? ¿El magistrado corrupto del ruin tribunal? Aquél al que la bestia roja apocalíptica, ha llenado de estiércol...". Sólo que, a diferencia del tirano que no cree en la democracia, el blasfemo cree que ésta existe, o, que al menos, podría existir, entonces arremete por y contra ella, no es que la niegue, sino que la abomina cuando es prostituida.
Es de todos conocido que México vive un círculo vicioso perfecto en la corrupción integral, donde los comicios son parte fundamental y fortaleza de dicho cerco: partidos políticos, tribunales y árbitro electorales; ejecutivos autócratas y legislativos abyectos. Ahora resulta que el INE busca romperlo; ¿será? ¿podrá? O a la costumbre priista se reservará la información de los recientes fraudes electorales por quinientos años... Es el futuro de México lo que está en riesgo; no sólo lo político; hay más, mucho más en juego... por todo ello la realidad mexicana vive una "antidemocracia".
En justo en estos precisos instantes, que toda invitación, llamamiento y práctica de acercamiento hacía la ciudadanía por los partidos políticos, el gobierno o por instituciones ligadas a él, suenan mediáticos, oportunistas, incluso altamente sospechosos; pareciera que buscan, ahora sí, hasta con humildad, su cercanía, cuando en la mayoría de las circunstancias ha sido la soberbia la que ha campeado en este pútrido sistema político que compra conciencias, lo mismo de indigentes que de senadores y hasta de ex primeras damas; incluido el ex fiscal de la Fepade, quien por amenazas y/o por dinero, desiste a luchar contra su indignante e ilegal remoción, tras publicar corruptelas de políticos ligados a los más altos niveles del gobierno.
Hace unos días fue presentado por el sexto distrito electoral del INE en Coahuila, el programa "Estrategia Nacional de Cultura Cívica"; indiscutiblemente una muy buena opción que llega en el momento en que la ciudadanía está hambrienta de confianza, de credibilidad en las instituciones, al mismo tiempo en que el árbitro electoral se encuentra justo en su más bajo nivel de aceptación. Las actitudes del INE en los últimos meses han sido su ceguera ante los atracos en los procesos electorales por parte del partido oficial y su verde marioneta. Por ello es muy difícil creer en las palabras de Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE; aquel que acostumbra burlarse de los indígenas, quien ahora sí ofrece sacar las uñas para defender la voluntad popular, "Timoratos no, daremos manotazos cuando sea necesario..." y sostiene: "...no aceptaremos "trampas electorales", de ningún tipo y ejerceremos la autoridad en el proceso electoral de 2018". Con esa visión fatua recuerdo cuando en 1982 se nos ofreció defender el peso como un perro, y la inflación se fue a la estratósfera; ahora se nos predica con similitud la defensa del voto; casi queriendo ignorar o al menos olvidar, que si hay quien se levanta pensando en cómo "joder" a México.
Enccivica posee un enfoque de política pública, partiendo de un diagnóstico actualizado, basa su esencia en la débil cultura democrática hoy existente (apenas la mitad de los mexicanos consideran, a la democracia, la mejor opción de vida) y diseña dicha política pública en tres vectores: Verdad, Diálogo y Exigencia, implementando, como acciones básicas, mecanismos de seguimiento y gobernanza; de información estadística y de operación.
Cabe resaltar que, en la sesión de su presentación con mesa de análisis del contenido de este programa, académicos, políticos, representantes de ONGs, analistas y comunicadores, ofrecieron diferentes visiones de los tres vectores; mismas que deberán ser consideradas muy seriamente por el INE, si es que desea realmente lograr un auténtico avance en la educación democrática en México; ya que, de otra manera la invitación a la ciudadanía sonará sospechosa, soberbia con poca honestidad y prácticamente cero humildad; no se sentirá como convocatoria de quién busca una alianza, sino de quien, con la visión de superioridad, da la mano al caído para que se levante, sin darse cuenta que este ya está de pie y supera en estatura al ahora indigente solicitante de credibilidad.
Hoy el INE requiere del apoyo de la comunidad para que las elecciones de 2018 sean el parteaguas de una toma de decisiones populares basadas en la legalidad; en la certeza de que existe un árbitro certificado de honestidad; algo en lo que hoy nadie cree, aunque existen quienes aplauden ese sistema nefasto y maquiavélico. Indiscutiblemente sería imperdonable encasillar a todos los consejeros generales del INE en los mismos ámbitos de deshonra; algunos se escapan por ciertas señales, tímidas por lo general, pero finalmente reales, como la consejera Pamela San Martín, quien es la excepción que confirma la regla; por ello necesitamos que todos los consejeros posean un espíritu que aborrezca la tiranía y el despotismo con que se gobierna a los ciudadanos mexicanos; que se mantenga la nueva fiscalización de gastos de campaña en Coahuila; el Trife respete al INE y se llegue a la anhelada justicia electoral para este sufrido estado. Al final de la blasfemia, con espíritu profundamente democrático, repetiré con León Felipe: "Más si a mi patria la han podrido, su espíritu es eterno".