"No se despisten...".
Enrique Peña Nieto
Hace 48 años, el 21 de octubre de 1969, las "atigradas" cámaras televisivas, colocadas al interior de una residencia en San Jerónimo Lídice, Ciudad de México, captan, apuntando hacia la puerta principal, las siguientes escenas: suena el timbre; el dueño de la mansión sale personalmente a abrir; es el secretario de gobernación en funciones, Luis Echeverría Álvarez, frente a él, desde la calle, Fidel Velázquez, líder de la CTM; Augusto Gómez Villanueva, líder de la CNC =quien previamente ya lo había destapado en un acto agrario= y Renaldo Guzmán, líder la CNOP, a coro y al unísono proclaman: "Señor Licenciado; a nombre de las fuerzas vivas del partido, venimos a pedirle acepte ser nuestro candidato a la presidencia de la república". Echeverría se declara sorprendido, dice que no se lo imaginaba o esperaba. Entre abrazos, felicitaciones y porras declara que =México requiere del esfuerzo de todos; trabajaré arduamente por los mexicanos, buscaré que todos tengan empleos, que la economía de las familias mejore y que todos los niños tengan escuela; vamos por México Arriba y Adelante".
Posteriormente renuncia a la secretaría y el presidente en turno, Gustavo Díaz Ordaz se congratula con la decisión democrática del partido y asegura que respetará la voluntad de los priistas; él había interpretado perfectamente a Ruíz Cortines cuando argumentó que el Presidente en turno tiene "la enorme responsabilidad de interpretar qué es lo que quiere y necesita nuestro pueblo"; ese era el viejo PRI que desde 1929 mantenía un mismo sistema electoral; el dedazo, el palomeo del presidente saliente sobre quien sería su sucesor; y aunque él mismo jamás destapaba, lo hacían otros funcionarios o líderes populares, así funcionaba la democracia mexicana; ¿así funcionaba?...
Al igual que casi todos los candidatos del PRI, ahora Meade contó con el apoyo unánime de la CTM, la CNC; la CNOP y organizaciones de mujeres y jóvenes del partidazo. Díaz Ordaz, aseguró en 1977 que veía dos presidentes. Ahora muchos aseguran seguir viendo dos presidentes; que no cabe duda que fue "El innombrable" quien volvió a dar el dedazo; además, aseguró para su concuño un enroque de Pemex a la cartera del ahora candidato. El partido de Plutarco Elías Calles, sigue siendo de maximatos.
Los apelativos regresaron al "nuevo PRI"; recordemos: Alemán: "el cachorro de la Revolución"; Manuel Ávila Camacho: El Presidente Caballero; y hoy a Meade: "candidato de la esperanza" seguramente porque quien aún ocupa Los Pinos es el presidente de la "desesperanza y la desilusión". Apenas destapado tres días después del despiste; insiste en las viejas y muy repetidas promesas: "Con esta experiencia, tengo la convicción de que el país cuenta con talento y condiciones para que, con el esfuerzo y beneficio de todos, México sea una potencia. Un país en donde las familias tengan siempre comida en la mesa, seguridad en las calles, techo, salud y educación de calidad", argucia retórica que hemos escuchado a todos los candidatos sacrificados por México del PRI en sus 88 años.
Para entender mejor la situación, recordemos el discurso del 6 de marzo de 1994 de Luis Donaldo Colosio; aquel que, según teóricos de la política nacional, le costó la vida: "Es la hora de reformar el poder; de construir un nuevo equilibrio en la vida de la república; es la hora del poder del ciudadano; es la hora de la democracia en México". Meade, un tecnócrata, considerado por muchos como un caballo de Troya de la plutocracia norteamericana; misma que decidió ya no dominar militarmente a las naciones latinoamericanas, sino que, al estilo de Nabucodonosor, según relata la biblia, educar a ciudadanos de estos países en sus universidades, para luego enviarlos a que gobiernen esas naciones, a favor de Estados Unidos. Cabe entonces recordar la característica esencial de los tecnócratas: Nulo interés por el pueblo, sólo importa las clases superiores y el control de las riquezas nacionales.
Como prueba de la "eficiencia tecnócrata, el Wall Street Journal confirmó lo dicho por Agustín Carstens cuando aún era gobernador del Banco de México: que peña nieto y Jose Antonio Meade "están haciendo muchas tonterías, la inflación está descontrolada, más de los que quieren admitir" y la primera respuesta fue: "¿Crisis?, la que tienen en sus mentes" y la segunda, cuando Meade declara que "México le debe mucho al PRI"; entonces puede venir una enorme crisis, aún salimos debiendo.
¿Cómo espera conseguir el PRI la presidencia el año próximo? Ya no puede sumar votos, debido a su alto índice de impopularidad y a que, según Ochoa Reza: "su mayor activo", cuenta con una bajísima aceptación; fácil: su falaz estrategia consiste en dividir al oponente. Basta hacer un sencillo análisis de cómo fraccionaron al PAN, comprando a varios de sus senadores; buscando destruir la imagen de Ricardo Anaya; a quien le vieron patas de jinete y cierto apoyo en algunos medios de comunicación y analistas; de inmediato emprendieron el ataque feroz contra él: Ahora van contra la presidenta del PRD, Alejandra Barrales y no han cejado en desprestigiar también a Miguel Ángel Mancera. Y ya, desde hace un buen rato, destruir al Peje, artificio que no necesita mucho esfuerzo; él colaboraba bastante con esa campaña; quien, sin embargo, pareciera tener cierta razón al declarar que Salinas siempre estado detrás del PRI y de una fracción importante del PAN.
Otra estratagema fue crear las candidaturas independientes; contando con la ambición desmedida de Margarita Zavala y de Jaime Rodríguez; echando a volar la ilusión de una democracia sin partidos políticos. Luego, en medio de "fuego amigo", eliminar al secretario de gobernación, de quien aparecieron súbitamente milmillonarios fraudes; =de que la perra es brava, hasta a los de la casa muerde=. Bien, reconozcámoslo: para estos maquiavélicos gambitos, la corrupción los ha vuelto súper expertos.
