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METÁFORA CIUDADANA

ÉTICA DEL CINISMO Y DE LA DESESPERACIÓN

LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ

Aristóteles, el padre de la ética, considera a la virtud como la disposición voluntaria, adquirida y dirigida por la razón para encontrar el término medio entre dos vicios; es algo que se encuentra en los seres humanos y es aprendida; no depende de la religión ni de la naturaleza; es producto del ejercicio de la libertad. La virtud es un hábito; una disposición para realizar una tarea o actividad en bien de los demás que debemos trabajar y repetir continuamente: nos hacemos justos practicando la justicia, generosos ejercitando la generosidad, valientes ejecutando la valentía. Se realiza a partir de lo que se cree que es bueno, justo, verdadero. Es necesario y suficiente que la razón nos sepa mostrar la conducta justa; presupone la existencia del sentido común al indicar que si la voluntad de una persona no es buena, si no ha sido disciplinada y entrenada para realizar lo correcto, aunque la razón le enseñe lo que es preciso hacer, es imposible que dicha persona lo haga. Por ello debe darse un ejercicio diario de la virtud; practicarla cada día, como un arquero que quiere ser preciso, debe adiestrarse permanentemente.

Sintiendo la terrible crisis que ya nos quema, aceptemos que enrique peña nieto (así, con minúsculas) nos mintió doblemente cuando en enero de 2015 ronzó: "Honrando mi palabra: no habrá nuevos impuestos ni más aumentos a los existentes". Justo hoy aumentó el precio y los impuestos de los combustibles. Posteriormente, en septiembre del mismo año repitió burlonamente "Prometí, que gracias a la reforma fiscal, se habrían de evitar a partir de este momento, incrementos a la gasolina; se acabaron los gasolinazos que lastimaban, mes a mes la economía de las familias mexicanas". Triste "virtud" continuamente repetida de un mandatario que en su campaña de fraude electoral en 2012 aseveró: "Que las familias mexicanas sienta los beneficios de un buen gobierno día a día..." ¡Cómo habrá de haberse carcajeando anoche de todos nosotros los mexicanos mientras cenaba fabulosos platillos: caviar, trufas, faisán bañados en oro y brindaba con champagne!

Como todo estilo de poder se transmite, el jefe de la pandilla deja su marca en los lacayos; así, en el paroxismo de la burla y la patraña, al más puro estilo soviético, el secretario de Hacienda "Stalin Meade", pidió a las actuales generaciones sacrificarse en bien las siguientes cuando socarronamente expresó: "Con el gasolinazo ganan nuestros hijos" recordemos los años en que millones de rusos fueron sacrificados por el bien de las "futuras generaciones"; ya todos conocemos el resultado final.

Hoy mismo los mexicanos entramos en una espiral de inflación económica monumental; el aumento al precio de la gasolina es sólo la punta del iceberg con el que chocaremos todos, cual Titánic y, como él, nos hundiremos en un mar de miseria, incertidumbre y, tristemente, en muchos lugares, de violencia. No porque la queramos, sino porque la intuimos ante la grave crisis social generada por las mentiras y falacias populistas de los gobernantes, y ya no sabemos si sea esto el descaro de un cinismo gubernativo que ya salió del armario o es un escarnio, deliberado falazmente para ver quien salta e imitar a don Porfirio con aquello de "Mátalos en caliente".

Todas estas actuaciones son cinismo porque no podemos creer que existe incapacidad de reflexión en las mentiras continuas; un corrupto que repite mil veces que él es honesto, no llega jamás a ser honrado, pero si se convierte en un mentiroso convencido de que dice la verdad; que es exonerado aunque nunca ha sido legalmente juzgado o que la nula dignidad que posee le permite someter a los otros para convertirlos en objetos, sujetos de su desprecio y complacerse con su depravación moral, trocándolos tan indignos como él mismo Y así, seguir medrando con el poder. Su visión de corrupción es un concepto a la carta que se puede escoger según el momento histórico que vive, máxime que en este sexenio no ha habido una sola semana en la que no se haya descubierto alguna catástrofe ética, ya no alcanzan las arenas del mar para contarlas.

"Tanto peca el que mata la vaca como el que le detiene la pata" y en esta aventura de corruptelas, el congreso es tan responsable como el ejecutivo; el aprueba el presupuesto y revisa los gastos; por ello, maquiavélicamente, se les entregó a los legisladores grandes sumas de dinero disfrazadas de bonos para que no protestarán por los aumentos que llegaron hoy, los compraron anticipadamente. Todos son tan responsables como peña miento. ¿Será está crisis la razón de la salida de Agustín Carstens del Banco de México? ¿Qué tanto sabe y que tanto no le hizo caso con la pandilla que hoy ocupa el ejecutivo federal?; él ha demostrado un mínimo de honestidad y él sabe bien que el despeñadero es ya abismal.

¿Es que acaso no somos capaces los mexicanos, los coahuilenses, lo torreonenses de ver, sentir, intuir, captar que se están llevando el fruto de nuestro trabajo? ¿No tenemos la capacidad de entender que ellos se están enriqueciendo con nuestro diario padecer para obtener un salario mísero, además reducido en impuestos directos e infinidad de cargas impositivas indirectas, como la de la gasolina? Es cada vez más clara la imposibilidad de confiar en los gobernantes, es clásico que la locura política ahoga la inteligencia y favorece los bajos instintos; provoca embriaguez megalómana y hace que cambie hasta el timbre de la voz. Su ambición de poder estigmatiza su vida y trastorna la de sus seguidores inmediatos, sólo ellos tienen la razón y todos, absolutamente todos los ciudadanos estamos equivocados.

Creo que ha llegado el momento de revisar el concepto "Traición a la Patria" pero sobretodo, que regresemos a nuestras raíces aztecas y seamos el águila soberbia que devora la serpiente de la corrupción, que la destroza con sus garras y pico y que desaparece la impunidad convirtiéndola en dignidad. Sigamos a los movimientos ciudadanos en sus acciones pacíficas para demostrar nuestra gallardía y soberanía; vayamos a eventos cívicos y demostremos que somos conscientes.

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Escrito en: Metáfora ciudadana

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