Llegó sin avisar y me dijo de buenas a primeras:
-Soy la boca de lobo.
No entendí lo que me dijo. Tan extraña presentación me dejó mudo. Seguramente advirtió mi confusión, porque explicó:
-Siempre que hablan de una noche sin luna los humanos dicen: "Oscura como boca de lobo". Y, sin embargo, una boca de lobo tiene la misma oscuridad que una boca de hombre, o viceversa. ¿Por qué se nos escogió a nosotros para ejemplificar la oscuridad? Éste es un caso de discriminación por género -el género humano contra el género lobuno- ante el cual la Sociedad Protectora de Animales debería intervenir.
Encontré razonable la protesta del lobo (sus colmillos y sus garras me hicieron encontrar razonable su protesta). Le dije que daría a conocer su argumentación, y le prometí que por mi parte jamás volvería a utilizar esa expresión. Me lo agradeció, y me hizo saber que al día siguiente, cumplido ya su encargo, regresaría a su manada.
-Hoy no -añadió-, porque la noche está oscura como boca de lobo.
¡Hasta mañana!...