Táctica. Los combatientes del EI están atrincherados en las casas y usan a los civiles como escudos humanos.
Los iraquíes han celebrado la liberación de Mosul, después de tres años de ocupación del grupo yihadista EI, aunque ahora comienzan las preguntas sobre el destino de la ciudad y de Irak.
Tras el baño de multitudes y las muestras de apoyo recibidas ayer por el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, antes y después de anunciar la "liberación" total de Mosul del yugo yihadista tras casi nueve meses de combates, la realidad se muestra más amarga.
"La guerra no ha acabado", advirtió ayer el director de Oxfam en Irak, el español Andrés González, que sostiene que aún queda mucho trabajo por hacer.
"El nivel de destrucción es muy grande, todavía quedan muchas minas y explosivos", subrayó González, quien recordó que además de las 800 mil personas que huyeron en los últimos meses de Mosul, en el país hay un total de tres millones y medio de desplazados.
Según González, los pasados días y semanas se han caracterizado por una menor llegada de desplazados a los campamentos, y apunta a que esto se ha debido a que los últimos civiles que huyeron del casco antiguo de Mosul, donde el EI resistió hasta el final, han optado por quedarse en dicha zona o cruzar al este de la ciudad. Las fuerzas de la Policía Federal iraquí siguen limpiando hoy de explosivos el casco antiguo, así como evacuando a las familias atrapadas en la zona, al día siguiente del anuncio de la victoria realizado por Al Abadi, quien declaró el día de ayer como festivo para celebrarlo.
El comandante de ese cuerpo policial, Raid Shaker Yaudat, dijo que sólo en la fase final de la ofensiva en la zona histórica de Mosul, que comenzó el 19 de junio, perdieron la vida 1,000 combatientes yihadistas.
Para el periodista y analista iraquí Mustafa Habib, la "guerra contra el Dáesh (acrónimo en árabe del EI) ha creado una especie de unidad entre los iraquíes", pero vaticina que la crisis política en Irak continuará porque no hay "esfuerzos serios" por parte del propio país ni de la comunidad internacional para poner fin a dicho conflicto.
"La comunidad internacional debe trabajar en dos direcciones: en primer lugar, ayudar a reconstruir las ciudades destruidas por las batallas contra los extremistas; en segundo lugar, apoyar los esfuerzos para la reconciliación nacional", añadió el analista, que escribe en la web iraquí Niqash.
El fuego no cesa
Al menos diez personas murieron ayer y once resultaron heridas en combates entre las fuerzas iraquíes y el EI en una localidad ubicada al sur de la ciudad de Mosul, informó una fuente de seguridad.
La fuente de la ciudad de Tikrit, capital de la provincia de Saladino, detalló que entre las víctimas mortales hay cinco terroristas y un soldado iraquí, y no especificó si los demás fallecidos son civiles.
Además, agregó que los yihadistas degollaron a tres combatientes de la Multitud de los Clanes, milicia local que lucha contra el EI, los cuales fueron retenidos cuando los yihadistas irrumpieron en la localidad de Emam al Garbi la semana pasada.
La fuente dijo que los combatientes del EI están atrincherados en las casas y usan a los civiles como escudos humanos para dificultar el avance de las tropas.