Trump ha ordenado construir en la frontera con México a costo de este último país. (AP)
El muro que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado construir en la frontera con México a costo de este último país, ha tensado las relaciones entre ambas naciones a niveles que no se habían visto al menos en los últimos 30 años.
Luego de que miércoles el mandatario estadounidense firmara la orden ejecutiva para comenzar la construcción del polémico muro fronterizo y que más tarde asegurara que México lo iba a pagar de "una u otra forma en meses", el presidente mexicano Enrique Peña Nieto dio un mensaje en el que, entre otras cosas, reiteró que nuestro país no pagará un solo centavo del muro de Trump, además de rechazar la obra.
No obstante, sobre la visita a Washington que tenía programada para el martes 31 de enero con la intención de reunirse con su par estadounidense, comentó que no tomaría una decisión sobre cancelarla o mantenerla hasta conocer las impresiones de su canciller, Luis Videgaray, quien estuvo en la capital de los Estados Unidos el miércoles reunido con el equipo de Trump para revisar una agenda común de temas a abordar, principalmente la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Ayer por la mañana, a las 7:55, el presidente de los Estados Unidos publicó en su cuenta de Twitter, fiel al estilo que está marcando los primeros días de su mandato, que "si México no está dispuesto a pagar por el muro, entonces será mejor cancelar la próxima reunión".
Poco más tarde, a las 10:48, el presidente Peña publicó en su cuenta de la misma red social que "esta mañana hemos informado a la Casa Blanca que no asistiré a la reunión de trabajo programada para el próximo martes con el @POTUS", que es la cuenta oficial del presidente de los Estados Unidos.
Por la tarde, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, reveló una de las posibles medidas que su presidente usaría para que nuestro país pague el muro: con un impuesto del 20 por ciento a las importaciones provenientes de México.
No obstante, esta medida generó más críticas en Estados Unidos porque al final el costo de los productos se trasladaría a los consumidores del aquel país y, por lo tanto, serían ellos quienes terminarían pagando el controvertido muro fronterizo.
