La violencia en las zonas de mayoría musulmana rohingya en el noroeste de Myanmar ha alcanzado niveles sin precedentes, luego de que el gobierno de este país del sureste asiático confirmó ayer un ataque masivo, en el que más de dos mil 600 casas fueron incendiadas. Se trata de una de las agresiones más grandes que involucran a los rohingyas, que son minoría en el país y considerados como invasores, la cual se llevó a cabo en la última semana sin que hasta ahora se sepa con exactitud qué grupo lo hizo.