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Narrar experiencias en segunda persona

Estilo. El escritor presenta un conjunto de historias que acaban de forma tragicómica, no  felices.

Estilo. El escritor presenta un conjunto de historias que acaban de forma tragicómica, no felices.

 YOHAN URIBE

El Siglo de Torreón

El escritor mexicano Daniel Salinas Basave, finalista del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, es un narrador fronterizo formado en las calles de Tijuana, que siempre se mueve en el límite de lo geográfico, lo real y la ficción.

"Soy demasiado fronterizo, las calles de Tijuana han sido mi mejor escuela. Si me preguntan cuál fue la universidad para aprender a contar historias diría que fue el ser reportero de las calles de Tijuana por más de 15 años", sostuvo Salinas Basave en entrevista.

Para este escritor que surge de las entrañas del periodismo, su escuela no fue un doctorado en literatura, no fue una escuela de escritores, fue "las historias de una frontera caótica, que puede ser fascinante, adictiva, pero también infernal. Yo me considero un narrador fronterizo en todo el sentido de la palabra".

Y cuando Salinas Basave se autocalifica de fronterizo quiere decir no sólo en lo "geográfico, sino entre el periodismo y la literatura, entre la realidad y la ficción, entre los sueños y la razón. Siempre estoy en el borde, siempre estoy en la frontera".

Toda la obra narrativa de este escritor mexicano: Ensayos, cuentos, novelas, tienen como esencia vital el mundo de la frontera norte de México con Estados Unidos, y es ahí donde está su fuente de inspiración.

Salinas Basave es finalista de la cuarta versión del Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez, junto a los escritores Liliana Colanzi (Bolivia), con su libro de cuentos "Nuestro mundo muerto", y Federico Falco (Argentina), con "Un cementerio perfecto".

Asimismo, con Alejandro Morellón Mariano (España), con "El estado natural de las cosas", y Soledad Puértolas, (España) con "Chicos y chicas".

Para Salinas Basave, ya es un triunfo el hecho de estar en el selecto grupo de los cinco finalistas de este concurso de cuentos, uno de los de mayor prestigio en Iberoamérica, con su obra "Días de whisky malo", publicado por la Universidad de Nuevo León.

La obra es una serie de seis cuentos "atrapados en una tragicómica espiral impregnada de humor negro, los personajes de esta obra pelean desde la trinchera de lo absurdo".

El mexicano decidió participar con este libro de 250 páginas por insistencia de su esposa hasta el último día del cierre de la convocatoria y porque estas seis historias tienen escenarios y personajes más universales, mientras que los otros libros son más regionales.

"Días de whisky malo" -explicó- son "seis cuentos que están impregnados de humor negro, son cuentos con un humor muy ácido, personajes tragicómicos muy absurdos".

"Los entornos geográficos donde ocurren estas historias son muy variados y van desde México a Kazajistán, a las calles de Roma, al medio oeste en Estados Unidos, en Baja California, en Tijuana", agregó.

Cortesía

Un estilo particular

Salinas Basave defiende su estilo de escribir la mayoría de sus historias en segunda persona, porque siente que siempre está dialogando y mirando "a los ojos de sus personajes", ese es su gusto y su pasión cuando empieza un proyecto narrativo.

"Me gusta estar -dijo- como hablando con alguien, me gusta escribir como si estuviera mirando a la persona. Es hablar al mismo tiempo al personaje y al lector, esto es un diálogo, y es una manera de desdoblarte porque toda escritura nace del diálogo interno". "Se escribe caminando, se escribe pensando. Yo me hablo a mí mismo en segunda persona".

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