La historia de Sophia ha inspirado a muchos otros, grandes y chicos por igual. (INTERNET)
Sophia Spencer tiene 8 años y le apasionan los insectos, pero por mucho tiempo sus compañeros se burlaban de ella por tener esta afición. Ahora Sophia puede presumir de haber publicado en una revista científica sobre entomología y ser coautora de un artículo.
La oportunidad se dio gracias a que su madre escribió una carta a la Sociedad de Entomología de Canadá, con una petición muy especial: que algún entomólogo hablara por teléfono con su hija para animarla a seguir adelante con su afición, pese al acoso de los otros niños.
“Tengo una hija de ocho años a la que le apasiona aprender y explorar sobre el mundo de los insectos y los bichos. A menudo sus compañeros se ríen de ella en la escuela porque le gusta mostrar orgullosa sus ‘amigos bichitos’ en el hombro. Lleva un año preguntándome si lo que a ella le gusta, explorar y descubrir cosas sobre los insectos, puede ser un trabajo algún día. […] Me preguntaba si algún entomólogo profesional podría hablar con ella por teléfono para animarla en su afición y explicarla como puede hacer de ello su profesión. […] Quiero que un experto la explique que no es una rara, como los niños la llaman, por el hecho de que le gusten los bichos”, fue parte del contenido de la carta que envió Nicole, la madre de Sophia.
Los responsables de la Sociedad de entomología publicaron esta carta en Twitter, bajo la etiqueta #BugsR4Girls (los bichos son para las chicas). El mensaje comenzó a hacerse viral y la comunidad científica respondió al llamado.
Un estudiante de último grado de entomología, Morgan Jackson, ha analizado el caso como ejemplo de cómo se debe comunicar la investigación científica. El estudio de Jackson, que incluye un examen de la comunicación científica en las redes sociales, acaba de publicarse en la revista Annals of the Entomological Society of America, e incluye una parte que ha escrito la propia Sophia.
“Mis bichos son favoritos son los caracoles, las babosas y las orugas, pero sobre todo los saltamontes. El año pasado en otoño me encontré a mi mejor amigo bicho. Su nombre es Hoppers”, es parte de lo que escribió esta pequeña.
Respecto a la experiencia, Sophia añade: “Después de que mi madre enviara esa carta y me mostrara las respuestas me puse muy contenta. Es muy bueno saber que hay tanta gente que me apoya y que hay otras chicas que estudian bichos. Me hace pensar que yo también puedo dedicarme a eso. Definitivamente quiero estudiar bichos cuando sea mayor, probablemente saltamontes. Alguien me ha enviado un microscopio y lo he llevado a la escuela. Ahora mis compañeros me traen bichos cuando los encuentran para verlos en el microscopio. Creo que otras chicas que han leído la historia ahora también quieren estudiar bichos.”
