En medio de las tensiones en la península coreana, el gobierno de Corea del Norte lanzó ayer mensajes contradictorios: dijo que estaría dispuesto a dialogar con el gobierno Estados Unidos, pero lanzó un nuevo misil aparentemente balístico, en lo que representa un nuevo desafío para Washington y Corea del Sur.
Choe Son Hui, directora general para Asuntos Norteamericanos en la cancillería norcoreana, dijo ayer en Beijing, China, que Pyongyang estaría dispuesto a reunirse para negociaciones con el gobierno del presidente estadounidense Donald Trump "si se establecen las condiciones".
Choe no proporcionó detalles sobre cuáles son las condiciones que pretende Corea del Norte, pero sus comentarios elevan la posibilidad de que Pyongyang y Washington vuelvan a la mesa de negociaciones por primera vez desde 2008, cuando las conversaciones entre seis países sobre el programa nuclear norcoreano se vinieron abajo.
No obstante, Corea del Norte realizó ayer mismo un nuevo lanzamiento de prueba de un misil aparentemente balístico, el primero desde el pasado 29 de abril, según informó el Ejército surcoreano.
Las autoridades surcoreanas añadieron que el misil recorrió unos 700 kilómetros antes de caer en aguas del Mar de Japón, por lo que se trataría de una prueba completada con éxito.