Pocos productos naturales aportan todas las propiedades necesarias para el buen funcionamiento del organismo y, a la vez, ayudan a perder peso sin que ni siquiera se note. Este producto es la quinoa o quinua, este cereal se incorpora sin dificultad a cualquier tipo de dieta y está lleno de propiedades interesantes.
Así como el cacao es uno de los primeros productos que se conocen en España tras la conquista de América, la quinoa es un cereal originario de este mismo continente del que se ha oído hablar hace poco tiempo.
Fue la FAO (Organización Internacional para la Agricultura y la Alimentación) la que lo puso en el centro de atención cuando designó el 2013 como el año internacional de la quinoa, algo que se debió a sus múltiples beneficios para la salud humana.
Los incas, cultura predominante en el Perú precolombino, la llamaban «madre de todos los cereales» y la consideraban un alimento sagrado que era proporcionado directamente por los dioses de los Andes.
Se ha consumido durante siglos en América junto a otros cereales, aunque a diferencia de éstos la quinoa tiene una menor cantidad de hidratos y, sobre todo, contiene ácidos de tipo Omega 3 y Omega 6, indispensables para el buen funcionamiento del cuerpo.
Entre los expertos en nutrición, medicina y salud existe un amplio consenso sobre las propiedades de la quinoa, un cereal que se destaca principalmente por su contenido de minerales como potasio, calcio, fósforo, hierro, zinc y magnesio, así como de vitaminas del complejo B y otras del grupo E de carácter antioxidante.
Estos últimos agentes neutralizan el deterioro de las células del cuerpo -que a largo plazo puede ser el germen de enfermedades como el cáncer- y ayudan a ralentizar el proceso de envejecimiento y la aparición de arrugas o celulitis. En numerosos estudios que se han hecho hasta la fecha con los cereales, la quinoa ha obtenido los niveles más altos de antioxidantes.
La quinoa, además, tiene un alto contenido de fibra y un bajo índice glucémico, lo que le convierte en un alimento especialmente propicio para la dieta de personas que sufren diabetes o que quieran perder peso de forma sana.
Una ración de 185 gramos de quinua (una taza, aproximadamente) contiene los siguientes nutrientes: 8 gramos de proteína. 5 gramos de fibra. 58% de la cantidad diaria recomendada (CDR) de manganeso. 28% de la CDR de fósforo. 19% de la CDR de folato. 18% de la CDR de cobre. 15% de la CDR de hierro. 13% de la CDR de zinc. 9% de la CDR de potasio. Más del 10% de la CDR de vitaminas B1, B2 y B6. Pequeñas cantidades de calcio, vitamina B3 (niacina) y vitamina E. Incluye 222 calorías con 39 gramos de carbohidratos y 4 gramos de grasa. También contiene una cantidad mínima de ácidos grasos omega-3.
La quinua no se modifica genéticamente, no tiene gluten y usualmente se la cultiva de manera orgánica. Técnicamente no es un cereal, cuenta como alimento integral.
Si la intención en una persona es adelgazar, existe una razón todavía más poderosa para incorporar la quinoa a la dieta: genera una sensación de bienestar y saciedad que evita el consumo de nuevas calorías e hidratos. O lo que es lo mismo, ayuda a regular el apetito y a llevar una alimentación equilibrada.
Además, para perder peso, se necesita consumir menos calorías de las que se queman. Y se sabe que ciertas propiedades en los alimentos pueden facilitar el proceso, tanto acelerando el metabolismo (eliminando calorías) o reduciendo el apetito.
Y la quinua tiene varias de estas propiedades. Es alta en proteínas, lo cual puede tanto elevar el metabolismo como bajar significativamente el apetito.
Tiene gran contenido en fibras, ayuda a elevar la sensación de saciedad haciendo que se consuman menos calorías.
Además, el hecho de que la quinua tenga un nivel glucémico bajo es también importante, ya que elegir esos alimentos ha sido ligado con una ingestión reducida de calorías.
Aunque no hay estudios que muestren los efectos de la quinua en la pérdida de peso, parece intuitivo decir que podría ser una parte esencial en una dieta para perder peso.
La quinoa es un cereal que sirve para acompañar o elaborar platos de cualquier tipo, desde hamburguesas, ensaladas, o incluso para reemplazar otros cereales como la avena.
Lo único que se debe tener en cuenta es su proceso de lavado, que se debe hacer previo a cualquier tipo de uso. Se recomienda frotar suavemente las semillas con las manos bajo el agua hasta que se quite la capa que las recubre y que, en caso de que no se logre retirarla, dará un sabor amargo a los platillos que se preparen.
En cuanto a la cocción, es similar al que se realiza con el arroz: se deja en el agua durante unos 15 o 20 minutos, se escurre y queda lista para el uso que se le quiere dar.
