Las actividades humanas y las alteraciones del medio ambiente han creado nuevas dinámicas y nuevos patrones para las enfermedades infecciosas que favorecen la propagación de agentes patógenos a nivel geográfico y entre especies, creando también nuevas oportunidades para el incremento de la variabilidad genética. Esto constituye un problema cada vez mayor tanto para los animales silvestres como para los animales de granja, y que puede incluso afectar al hombre. La comunidad internacional debe considerar la prevención y el control de las enfermedades de los animales silvestres factores esenciales para resguardar la sanidad animal y la salud pública, así como la biodiversidad a nivel mundial, y resolver las cuestiones de la agricultura y el comercio asociadas.
Algunas definiciones:
Fauna silvestre designa los animales asilvestrados, los animales silvestres cautivos y los animales silvestres.
Animal asilvestrado designa un animal de una especie domesticada que ahora vive sin supervisión o control directo de seres humanos.
Animal silvestre-cautivo designa un animal cuyo fenotipo no se ha visto significativamente afectado por la selección humana, pero que está cautivo o vive bajo supervisión o control directo de seres humanos, incluidos los animales de zoológicos y las mascotas.
Animal silvestre designa un animal cuyo fenotipo no se ha visto afectado por la selección humana y que vive independiente de la supervisión o el control directo de seres humanos.
Por otra parte, la misma importancia y diligencia que se aplica a la vigilancia y el control de enfermedades en los animales de granja debe aplicarse a la fauna silvestre, ya que los desplazamientos y el intercambio de agentes patógenos entre ambas poblaciones y en el seno de cada una de ellas se están incrementando a nivel mundial. Además, los animales silvestres tienen la función de centinelas para las enfermedades de los animales domésticos, y pueden desempeñar un papel importante en el marco de las políticas de su control. Esto como sucede en México legislado en la Ley de Sanidad Animal recientemente actualizada.
Ante la necesidad de mejorar el conocimiento de las enfermedades tanto en los animales silvestres como en los domésticos, la OIE trabaja para introducir las especies silvestres de importancia epidemiológica en cada uno de los capítulos específicos de las enfermedades contenidos en el Código terrestre.
Para hacerlo, la OIE dispone de una red de información desde 1994 que cuenta con el apoyo de un Grupo de trabajo sobre la fauna silvestre internacional constituido por científicos de alto nivel expertos en este campo.
El grupo examina los casos de enfermedades de los animales silvestres en libertad, criados en explotaciones o haciendas, y cautivos, que pueden tener repercusiones significativas en estas mismas poblaciones así como los animales domésticos, incluidas las aves de corral, así como en la salud pública.
También integran la red los Puntos Focales nacionales designados por los Delegados de los Países Miembros para transmitir información al grupo de trabajo y a la OIE.
La pericia científica internacional de la OIE en materia de fauna silvestre cuenta con el apoyo de numerosos Laboratorios de Referencia y Centros Colaboradores situados en distintos puntos del mundo. Es aquí como en México se entrelazan los aspectos normativos entre la Ley de Sanidad Animal y la Ley General de Salud. Y que a partir de esta época el Médico Veterinario Zootecnista es considerado como profesional del sector salud.
El papel de los Servicios Veterinarios nacionales es crucial en la gestión de las problemáticas relacionadas con la fauna silvestre. Dado que las especies de animales silvestres abarcan una amplia diversidad taxonómica y que por lo general están en libertad, la vigilancia de estas poblaciones plantea varios desafíos. Los Servicios Veterinarios nacionales, responsables de la prevención de enfermedades y de las medidas de control, deben evaluar sus necesidades financieras, humanas y de infraestructura para superar estos retos. Una de las prioridades consiste en centrarse en zonas donde el contacto entre los animales silvestres y los animales de granja conlleva un alto riesgo de que aumente la circulación de agentes patógenos. Otra prioridad podría incluir áreas geográficas donde existen importantes poblaciones de animales silvestres.
Sin embargo, estas metas solo podrán alcanzarse mediante un esfuerzo coordinado a escala mundial con el apoyo recíproco de los diferentes países para fortalecer sus Servicios Veterinarios nacionales.
A escala nacional, los acuerdos y el intercambio de información entre los Servicios Veterinarios nacionales y los administradores de espacios protegidos, o las asociaciones de cazadores y pescadores, resultan muy útiles para la vigilancia y la detección precoz de las enfermedades de la fauna silvestre.