Termina el año 2017, se lleva fracasos, triunfos, buenos deseos (cumplidos o no), tareas sin terminar o ya terminadas, buen año para unos, no tan bueno para otros (depende del enfoque que se dé) y nuevamente elaboramos o pensamos en propósitos para el año que se inicia. Tal vez pasó demasiado rápido, el dinamismo de la modernidad nos impide reflexionar a fondo sobre nuestro existir y no se alcanzó a realizar lo realizable, sin embargo aquí estamos nuevamente. . . un año que termina y otro que empieza, no hay lapso de tiempo entre uno y otro, así que apurémonos a vivir el nuevo año mejor que el anterior. Es necesario meditar sobre nosotros mismos, hacer un alto en nuestro camino por la vida y darnos cuenta y practicar lo bueno que sería aquello que nos beneficia tanto. Pensar en como mejorar nuestra persona, en el trabajo, en la escuela, como hijo, padre, hermano o alumno, en fin, tenemos una misión tan delicada en ésta vida que requiere reflexión cada día, no cada año.
Más que nunca el mundo de hoy requiere paz. . . paz que debe empezar en nuestro propio hogar. . . y se transmita a los demás, tranquilidad, equilibrio en nuestra persona. Que los valores de nuestra conducta trasciendan a lo divino y no se estanquen en puros valores humanos, hedonistas o económicos. . . Termina un año más, pero no la vida, tenemos muchos retos que afrontar, ¡hay mucho que hacer!, es mentira que somos muchos, que hay sobrepoblación y que ya están haciendo lo que harías, esa es una justificante sin bases, más aún, si más población somos, más se necesita de nuestra persona, no importa la edad, condición social o económica o nos encontremos en cualquier lugar. Los requerimientos van en aumento y debemos dar una respuesta pronta, atinada y positiva, con dedicación y entrega. . . que no nos gane la apatía, la mediocridad y el descontento, siempre hay una razón para vivir, para pasar de un año a otro, de un día a otro, tenemos el privilegio de ser humanos, comportémonos como tal.
2018 es de grandes esperanzas para México por los cambios políticos que se avecinas, seamos intrépidos, responsables y cumplamos nuestro compromiso ciudadano en el momento de emitir nuestro voto.
Que la luz de la esperanza ilumine nuestra vida, la conservemos con verdadero cariño, optimismo y entrega en beneficio de los demás y de nosotros mismos. Que en el año 2018 esa luz adquiera nuevo resplandor para la vida de cada uno de nosotros y nunca se extinga, sino que la cuidemos con gran esmero.
Debemos meditar. . . Lo que hemos dejado atrás, ya es historia ¿Qué nos espera este año que se inicia? ¡Fuera lamentaciones! Esta es época de reflexión, de trazarnos metas positivas y de hacer un alto para examinar nuestra vida y analizar lo que hemos logrado realizar en beneficio de los demás, que como hermanos no debemos defraudar. El darnos cuenta de lo que hemos logrado adquirir materialmente nos debe tener sin cuidado, pero lo que sí debe llamarnos la atención y actuar es lo que logramos superarnos en el campo de la ciencia, bajo el punto de vista moral, de ejemplo para con los compañeros de trabajo, de estudio, en el hogar, en el campo, en la escuela, en la fábrica, inclusive, en la misma ciudad en que vivimos, en nuestra ciudad de Torreón. ¿Qué irá a pasar en este año que se inicia? Démosle vuelta a la página de la historia propia, no arranquemos ninguna hoja y agreguemos puras páginas de oro, ya que de hoy en adelante, extenderemos nuestras manos para dar una caricia y no una bofetada, atenderemos a todo aquel que necesite de nosotros, pondremos de nuestra parte lo necesario y empeño en nuestro trabajo, regalaremos sonrisas a todo el mundo, cantaremos alabanzas al cielo elevando nuestra plegaria a Dios, dándole gracias por su infinita bondad al habernos permitido vivir este año que termina y, sin bajar nuestra manos en señal de plegaria, pediremos perdón por el pecado de la guerra, de la violencia y toda maldad, ese fraternal mal que tiene consternado al mundo entero, roguemos por una paz duradera en nuestros hogares, en nuestra comunidad. Que nuestro pasar por este mundo no sea en vano. Bajemos las manos, cerremos los ojos y firme la mente y corazón, hagamos el propósito final de entregar cada momento de la vida por los demás, hagamos cosas que valgan la pena, actitud firme, positiva, virtuosa, que no tengamos de que avergonzarnos y así dispongámonos a ser cada día mejores, que no nos alejemos de nuestra sublime calidad humana.
Que este año que se inicia sea un cúmulo de oportunidades y beneficios para todos, que reine la paz y la tranquilidad en el corazón de cada uno y logremos transmitir y dar testimonio de ello a todos los que nos rodean. Esto y más deseo sinceramente para toda la gente de la Comarca Lagunera y no olvidemos, seamos felices, generosos y hagamos felices a los demás… sonreír no cuesta nada y disfrutemos de la vida, es gratis.