ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)
CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA
ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI
SEXAGÉSIMA SÉPTIMA PARTE
Aunque parezca increíble, el hecho de tomar una decisión vocacional semejante, bajo diferentes tipos de circunstancias y presiones, ya sea planeada y reflexiva o por el contrario, impulsivamente sin dudar siquiera, o simplemente con desgano e indiferencia, como si se tratara de una especie de ruleta rusa, al igual que tantas otras decisiones de la vida que se toman bajo condiciones semejante, se trate sin embargo de una decisión que a la larga llegará a tener un impacto mucho más intenso y fundamental de lo que aparenta en un principio. Al pensarlo y recapacitarlo más profunda y extensamente, descubrimos que no se trata sólo de una decisión individual y personal que meramente involucre la palabra y el futuro de un adolescente, sino que por lo general, se perfila como una decisión que obviamente tendrá repercusiones a otros niveles, tanto en la familia nuclear como en la extensa, en aspectos de orden muy variados, tales como en lo económico, lo psicológico, lo social y muchos otros. Sin embargo, tales efectos no son exclusivos del adolescente y su familia, sino que increíblemente llegan a extenderse en círculos todavía más amplios y lejanos que abarcan aspectos sociales, políticos y económicos de índole negativo o positivo, tanto a nivel comunitario como a nivel nacional dentro de nuestro país; efectos que surgen y permanecen ahí a simple vista, pero que pueden ser observados, medidos y valorados a corto, mediano y largo plazo. Es importante reconocer entonces que este tipo de decisiones vocacionales pueden representar un esfuerzo y un conflicto importante individual y familiar dentro de la vida del adolescente, a la vez de conllevar un cierto grado de desgaste emocional, de mayor o menor intensidad según se trate de cada caso en particular, al igual que un esfuerzo y desgaste económico en el desembolso que significan una serie de gastos importantes que aparecen dentro de los múltiples y a veces complicados y burocráticos trámites que se desenvuelven en los procesos específicos de cada institución educativa en lo que respecta a los generalmente intrincados procesos de selección y admisión de estudiantes de acuerdo a la escuela o a la carrera profesional que se haya escogido, sea en los niveles de educación pública o en la privada. ¿Qué tipo de instrumentos necesitamos utilizar entonces dentro de nuestros procesos educativos, no sólo en los niveles escolares correspondientes, sino también y especialmente en los hogares y en las raíces familiares, para estimular, asesorar, acompañar, direccionar y apoyar decisiones más sólidas y mejor cimentadas para cada adolescente, no como una decisión espontánea de un momento específico, sino comprendido como el resultado final de un proceso que idealmente debería iniciarse muchos años atrás, en el seno de la familia y de los diversos niveles escolares, en el que se tomaron en cuenta gustos, habilidades, necesidades, limitaciones y tendencias individuales, familiares y socioculturales? (Continuará).
Por: Dr. Víctor Albores García