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NUESTRA SALUD MENTAL

DR. VÍCTOR ALBORES GARCÍA

ASOCIACIÓN DE PSIQUIATRÍA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A.C. (PSILAC)

CAPÍTULO ESTATAL COAHUILA DE LA ASOCIACIÓN PSIQUIÁTRICA MEXICANA

ADOLESCENCIA EN EL SIGLO XXI

OCTAGÉSIMA SEGUNDA PARTE

¿Qué está sucediendo en nuestro Siglo XXI con ambos estilos de pareja mencionados? ¿Qué modelo de pareja, tanto en el de hombre-mujer, como en el de individuo-actividad les sirvió de base en su infancia y funcionó como cimientos en la estructuración de su propia personalidad, para desarrollar los modelos que aprendió y que practica en la actualidad? ¿Qué pasó con el orden, la disciplina, la estructura básica, la educación, las reglas, los principios y todos aquellos ingredientes lógicos que forman parte del proceso de desarrollo físico y emocional, y que aparentemente hemos pensado que le dan sentido a la vida y a nuestra existencia, independientemente de las diferencias y las variaciones de aspectos culturales o religiosos, sino simplemente como algo esencial y vital que ha formado parte de cualquier tipo de sociedad en nuestro planeta? Aparentemente algo no está funcionando del todo o está funcionando en forma diferente, porque la cimentación presente en nuestros días se descubre bastante frágil, vulnerable y quebradiza en ambos estilos de parejas, lo que determina que las expectativas de duración sean cortas, con un futuro incierto y con una gran tendencia a desplomarse ante las mínimas señales de alarma o de peligro y ante los primeros obstáculos y dificultades presentes en el camino, promotores de intensos niveles de ansiedad o de frustración difíciles de controlar y superar. Aunque esos primores flechazos puberales, instintivos, románticos y erotizados de las parejas de adolescentes se convierten en el preámbulo de los patrones amorosos que subsecuentemente se irán fomentando y practicando en mayor o menor grado a lo largo de esta etapa hasta la conversión en adulto joven o aún más allá, para arribar a un momento específico en el que ambos se sientan preparados para aliarse como pareja y redefinir o reforzar ese vínculo que los mantendrá unidos bajo un compromiso a largo plazo, la realidad en un buen porcentaje de los casos no es así, ya que ninguno de los dos tiene la seguridad de poder o querer hacerlo al enfrentar en el fondo esa nube de incertidumbre, confusión, indecisión y miedo para tomar ese siguiente paso percibido en el fondo como demasiado escabroso e inclusive hasta amenazador y peligroso. Algunas parejas entonces se mantienen así, en stand by, entre que son o no pareja, mientras el tiempo se desliza rápidamente en el furor o la inercia de las actividades cotidiana que los distraen. Otras parejas simplemente se dejan llevar por lo instintivo erótico y permiten que la llegada de un bebé los una o los separe, inciertos también del compromiso al que se enfrentan. Hay quienes se casan por convicción, por presiones o tradiciones y buscan apoyarse mutuamente hasta ese primer bache que los descarrila de uno u otro lado y deciden separarse. Parece que en este siglo XXI, la relación de pareja no posee la fuerza y la dureza suficiente en sus cimientos, lo que la convierte fácilmente en un producto frágil, efímero y desechable como tantos otros de los productos presentes en línea, en este nuestro mundo consumista y desechable, en el que realmente se requiere de la presencia de superhéroes hombres y mujeres que lo defiendan y le inyecten el amor, el interés, el orden, la fortaleza, la disciplina y los principios necesarios para convertirlo en una estructura más sólida y duradera, una estructura que debió iniciarse en la infancia para reforzarse en la adolescencia y lograr sobrevivir hasta la etapa de adulto (continuará).

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