NUESTRO RECOMENDADO AUNQUE LAS CALZO, NO LAS ENSUCIO
El Quijote II, 33
Sancho Panza y la Duquesa sostienen una intensa conversación en la que tienen como oyentes a las dueñas (damas del servicio) de esta alta señora, quien trata con la plática de divertirse a costa del buen escudero.
Sin embargo, Sancho se defiende muy bien cuando la Duquesa intenta hacer que se sienta mal al señalarle que abusa de la locura de su amo, pues aquél expone bien sus argumentos, con gracia, desenvoltura y salpicados de numerosos refranes, al grado de que la Duquesa termina por darle la razón a Sancho al decirle: "En fin, en fin, hablando a su modo, debajo de mala capa suele haber buen bebedor".
Y es en este punto donde aparentemente Sancho no alcanza a entender lo que en realidad le quiso decir la Duquesa al citar el refrán "debajo de mala capa suele haber buen bebedor", pues la señora le estaba reconociendo su gran ingenio al oírlo razonar tan bien a pesar de su origen rústico y humilde (ver columna del 18 de febrero), y el escudero entendió que le estaba diciendo que era un borracho, por ello reaccionó así:
"-En verdad, señora -respondió Sancho-, que en mi vida he bebido de malicia; con sed bien podría ser, porque no tengo nada de hipócrita; bebo cuando tengo gana y cuando no la tengo, y cuando me la dan, por no parecer o melindroso o mal criado; que a un brindis de amigo, ¿qué corazón ha de haber tan de mármol que no haga la razón? Pero AUNQUE LAS CALZO, NO LAS ENSUCIO".
Al citar este último refrán, reformulado por Cervantes, Sancho reconoce que en efecto es bebedor, pero "que no la riega", diríamos ahora.
En el siglo XVI este refrán decía en forma vulgar: "Ninguno las calza, que no las caga" y Cervantes lo modificó para quedar como arriba está escrito.
J.A Garía Villa
@jagarciavilla