Mortífero ataque. Un atentado contra un convoy de autobuses dejó ayer al menos 100 muertos al oeste de Alepo, en Siria.
La tragedia no termina en Siria y ahora una evacuación de personas, entre ellos niños, acabó en una masacre.
Al menos 100 muertos dejó una gran explosión en el área de Rashidin, al oeste de la castigada ciudad de Alepo, donde autobuses que trasladaban a sirios evacuados esperaban para entrar en esa ciudad, informaron activistas.
Aunque no se ha confirmado la causa de la violenta explosión, el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) indicó que se trató de un ataque suicida perpetrado con una camioneta que presuntamente llevaba suministros de ayuda.
Las personas que esperaban en Rashidin son residentes de las ciudades de Fouaa y Kefraya, en la provincia de Idlib, que se encuentran en control de los rebeldes y bajo el asedio de las fuerzas gubernamentales, cuya evacuación había sido acordada.
El OSDH precisó que en el lugar había 75 autobuses, en los cuales viajaban alrededor de 5,000 personas, incluidos 1,300 combatientes leales al régimen sirio, y cerca de 20 ambulancias, los cuales esperaban allí desde la mañana de viernes para cruzar Alepo.
La explosión causó la muerte inmediata a más de 100 personas, informó más tarde el servicio de rescate de la oposición siria, Defensa Civil de Siria, conocida también como Cascos Blancos, cuyos voluntarios habrían recogido un centenar de cuerpos en el lugar.
Se espera que el número de víctimas aumente y se precise la cifra de heridos, pues habría muchas personas con quemaduras graves, entre ellos muchos niños y sus madres, ya que el traslado incluía familias enteras que se movilizaban hacia la provincia de Latakia o la capital Damasco.
[INTERNACIONAL 10A] AP
