Decisión. Los padres del bebé desistieron de llevarlo a Estados Unidos, ahora sólo piden que pueda morir en su hogar.
La madre de un bebé enfermo terminal regresó ayer martes al tribunal de Londres para pedir que se le permita a ella y al padre llevar a la criatura a casa para que pueda morir allí.
Abogados de la familia de Charlie Gard, el bebé de 11 meses, y los del hospital donde está siendo tratado, comparecieron ante el Alto Tribunal al día siguiente de que los padres del bebé anunciaron que desistirían de su pedido de darle un tratamiento experimental.
El abogado familiar, Grant Armstrong, dijo al juez que los padres, Chris Gard y Connie Yates, han estado participando en negociaciones con el Great Ormond Street Hospital para poder llevarse el babé, pero que el asunto no está resuelto. El hospital había recomendado un hospicio.
"Estos son temas que urge resolver", manifestó el juez, Nicholas Francis.
Los abogados del hospital dijeron que los médicos querían asegurarse de que el pequeño sería trasladado en condiciones seguras, y habían pedido la intervención de un mediador, a lo que la familia se negó.
Charlie sufre del síndrome de atrofia mitocondrial, un trastorno genético inusual, y no es capaz de respirar por su cuenta.
El lunes, los padres dijeron que aceptaban que su condición ha deteriorado a tal punto que cualquier tratamiento experimental ya no surtiría efecto
Discusión
El caso del bebé se convirtió en un punto álgido de discusión sobre:
⇒ El financiamiento público para la atención médica.
⇒ Las repercusiones de intervenciones médicas.
⇒ El poder del estado.
⇒ Los derechos de un menor de edad.