El Papa Francisco llamó ayer a la moderación y al diálogo en Jerusalén tras la escalada de violencia que dejó al menos tres jóvenes palestinos y tres colonos judíos muertos, además de decenas de heridos. "Sigo con preocupación las graves tensiones y las violencias de estos días en Jerusalén, siento la necesidad de expresar un fuerte llamado al diálogo", dijo.