La palabra asqueados se queda corta ante lo que estamos viviendo los coahuilenses en plenas campañas electorales: juego sucio, dimes y diretes, mentiras y verdades a medias, errores del pasado. A todo se están atreviendo los candidatos con tal de lograr que uno o más incautos voten por ellos el próximo 4 de junio.
¿De qué se trata? ¿No hemos aprendido los ciudadanos, o más bien no han aprendido los candidatos, que ya es hora de un cambio en el estilo de hacer política? No es con promesas (que sabemos que son falsas en su mayoría) con lo que van a conseguir adeptos, es con propuestas creíbles, y digo creíbles porque éste es el meollo del asunto: no le creemos a nadie. ¿Cómo le harán los candidatos para que los ciudadanos volvamos a creer en ellos, para que realmente confiemos en sus propuestas? No es tarea fácil, y se tiene que construir una estrategia que lleve a ese objetivo; si no, seguiremos en la misma cochinada en la que hemos vivido en los últimos años. Ahí viene el 2018 y no es broma. Lo que está en juego es un país entero.
Los últimos once años en Coahuila han sido una película de terror llena de inseguridad, de opacidad, de malos manejos, de deudas crecientes y no aclaradas, de empresas fantasmas, de servidores rapaces, de abusos para obligar de diferentes formas a los ciudadanos a apoyar al partido en el poder, de engaños para utilizar recursos destinados a diferentes rubros prioritarios para uso de las campañas políticas, de mentiras, mentiras y más mentiras… ¡No se vale!
En las redes está circulando un video en donde vemos cómo se las gastan las autoridades ante un auténtico reclamo ciudadano que les incomoda. La reacción es amedrentar, amenazar. Algún candidato de oposición en su campaña ha dicho que nos han despojado de todo, hasta del miedo; ¡qué razón tiene! No hay confianza, no hay seguridad, no hay medicamentos, no hay educación de calidad, no hay servicios dignos, no hay servidores capaces y eficientes, no hay esperanza de las clases más golpeadas de salir de esa pobreza que duele hasta el tuétano, no hay empresarios con ánimo de seguirle apostando a esta región, no hay jóvenes que se quieran involucrar porque no ven claro. Nos han quitado prácticamente todo.
¿Culpables? Hay muchos, pero los verdaderamente responsables de esta debacle somos nosotros, los ciudadanos. Hemos dejado que otros (con cero capacidades y con intereses oscuros) hagan la tarea que nos corresponde. Tenemos una oportunidad este próximo 4 de junio de salir a votar y expresar nuestro descontento; más que una obligación es un deber como mexicanos, es poner el mínimo esfuerzo para que la tan cacareada democracia sea posible en cierta medida. Si otros deciden por nosotros, no tenemos derecho a levantar la mano, a quejarnos, mucho menos a exigir.
Cambiemos la historia, hagámonos ciudadanos por primera vez en nuestras vidas y vamos a tomar esta tarea como nuestra. ¡Rescatemos a Coahuila! Dejemos de ser la noticia nacional por escándalo tras escándalo y vamos a demostrarle al país que Coahuila está hecha de gente de una pieza, no de agachados como nos tachan algunos. Este es el momento.
Participación Ciudadana 29 estará activa durante todo el proceso electoral; si necesitas orientación estaremos a tus órdenes. Si cada uno de nosotros nos responsabilizamos de nuestra parte, lograremos cambiar todo aquello que no ha funcionado.
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