En estos días tan aciagos sólo hemos escuchado por parte de los candidatos la misma retórica de siempre, sin inteligencia, ni propuestas, ni ideas claras, y con alto contenido de ofensas cuanto más grotescas mejor. Discursos contenidos de incongruencia en los que se propone combatir la corrupción cuando ellos son corruptos y la inseguridad y la pobreza, cuando habiendo tenido la oportunidad de hacerlo estando en puestos de envergadura, no lo hicieron.
Ante este vacío de ideas nos queda también un vacío de esperanza al no ver un futuro que garantice el progreso, las oportunidades y cambios sustanciosos donde nuestra región se convierta en lugar fértil para la inversión, volviendo a ser esa Comarca donde nuestros antepasados nombraban a sus empresas con las virtudes con las que deseaban permear la conciencia de los ciudadanos: Unión, Fe, Esperanza y Perseverancia.
Siempre estamos a la espera de un cambio, pero la realidad es que esto sólo ocurrirá cuando estemos conscientes de que el cambio está en nosotros, los ciudadanos, cuando dejemos de permitir los engaño y los abuso, y que la traición a los derechos fundamentales de salud, trabajo y alimento, sean ignorados por la ambición de unos cuantos. Justo ahora es el momento de despertar, de tomar acción, de decir ¡basta! Los ciudadanos ya debemos de tomar las riendas de nuestro futuro y el de las futuras generaciones.
Afortunadamente una gran parte de la ciudadanía, con valor y esfuerzo, enfrenta las injusticias y anomalías convocando con su testimonio a empresarios, trabajadores y universitarios para crear así un frente común.
Seamos esa voz que se escuche, donde gane la democracia, donde libremente ejerzamos nuestro derecho al voto, porque ya no podemos permitir que nos quiten en lo que creemos. Nosotros no exponemos la vida, pero sí exponemos nuestro futuro. Tengamos un espíritu libre, recordemos que el desánimo, temor, odio se sofocan, pero están ahí todo el tiempo.
No dejemos que las diferencias nos separen. Avancemos juntos tras nuestro objetivo, dejemos que nuestro espíritu nos guíe. Un espíritu de lucha por nuestros ideales, buscando el bien común. No nos dejemos amilanar por la apatía, indiferencia, pensamientos negativos. En cada uno hay un potencial, descubrámoslo y desde ahí ejerzamos lo que cada quien sabe poniéndolo al servicio de nuestra comarca.
Tenemos que aprender a superar estériles pesimismos. Y los políticos deben aprender a superar sus desmedidas ambiciones capaces de jugar con la vida y dignidad ajena.
No permitamos que las vergonzosas e indignantes imágenes de la pobreza, de un estado o municipio en destrucción, decadencia donde día a día vemos la inseguridad, asesinatos, violaciones, etc. se conviertan en algo ordinario en nuestras vidas. No lo permitamos, tenemos que volver a nuestros ideales, sueños, entusiasmo y más aún a nuestra total disponibilidad.
Y por qué no mencionar de ese silencio ante las injusticias o la actitud perezosa, paralizada en actuar por el bien de nuestro estado y nuestro amado México.
Permitamos que nuestro corazón se transforme dando espacio a la esperanza con capacidad de soñar, de amar y así romper las cadenas que nos mantienen aprisionados en nuestro egoísmo, nuestra ceguera voluntaria, confort, apatía, y así alcanzar la fuerza de seguir luchando sabiendo que podemos lograr el cambio.
¿Y qué decir a nuestros jóvenes tan llenos de sueños, energías e ilusiones?
"Escuchen jóvenes de todo el mundo, suya es la tierra y su plenitud, sean amables, pero fuertes. Ahora más que nunca hagan propio el cambio porque este es el momento" (Extracto de un discurso de Winston Churchill ).
Tenemos que seguir en ese proceso o, de lo contrario, una vida sin creencias se convierte en amarga y debilita nuestro esfuerzo por el cambio.
Sí podemos lograr el cambio y recuperar las virtudes en las que nuestros antepasados basaron su progreso: Unión, Fe, Esperanza y Perseverancia
No olvides salir a votar este 4 de junio.
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