Cuando se pierde la vergüenza o nunca se ha tenido, no hay nada que esperar. Los gobiernos están acostumbrados a hacer y deshacer a su antojo, sin que nadie los cuestione o los vigile, pero han tenido, tiempo atrás, la decencia de guardar las formas. Hoy, eso ya no existe. El gobierno del estado de Coahuila, ha llegado a niveles en que no guarda ni el fondo ni la forma; su actuar está siendo cínico, descarado y retorcido. En la implementación del SEA (Sistema Estatal Anticorrupción) no se ha respetado nada, ni los tiempos, ni los lineamientos a nivel nacional, ni el espíritu del mismo sistema que es combatir la corrupción que nos lacera de tal forma que se pierde al año casi el 10% del PIB. No hay país que aguante, no podemos crecer ni desarrollarnos con este cáncer.
En menos de dos meses se han hecho los principales nombramientos de los personajes que jugarán un papel importante en la construcción de un verdadero combate a la corrupción: los cinco magistrados que formarán los nuevos tribunales, cinco personas afines al gobierno actual, el nombramiento del fiscal anticorrupción en la persona de Jesús Homero Flores Mier, hasta hace unos días el comisionado presidente del ICAI, órgano vinculado al gobierno y los nueve integrantes del Comité de selección que tendrá como objetivo conformar el CPC (Comité de Participación Ciudadana) que será el brazo ciudadano dentro del sistema, esos nueve personajes, también, en su mayoría son identificados con gobierno. La ciudadanización del sistema quedóo nulificada.
Pareciera que el actual Gobierno estatal nos va a heredar un Sistema que lejos de combatir la corrupción e impunidad, sólo será un blindaje para los funcionarios de la administración anterior y actual que incurrieron en delitos, que no son pocos.
Esta semana salió a la luz una investigación de Animal Político, en donde se devela una red de corrupción gigantesca a nivel federal y ¿con qué?... nada más y nada menos que con empresas "fantasmas". ¿No seremos en Coahuila, otra vez, el modelo a seguir? En este tema, somos expertos, hace ya más de un año que se ventilaron actos de corrupción con este tipo de mecanismo por parte de funcionarios públicos. Lo triste es que, hasta la fecha, no hay culpables ni castigo. También fuimos de los primeros estados en endeudarnos hasta lo impagable y tuvimos muchos seguidores, para tal efecto está la muestra de Sonora, Veracruz, Nuevo León, Durango y muchos más.
¿Qué nos queda a la ciudadanía por hacer? ¿Seguir observando cómo este equipo de gobernantes despiadados y cínicos nos roban en las narices? ¿O será ya tiempo de observar y señalar para que no sigan acabándose lo que por derecho nos pertenece?
El Sistema Nacional Anticorrupción y el Sistema Estatal anticorrupción nacieron para eso, para que los ciudadanos común y corrientes tuviésemos un instrumento con el cual se hiciera un contrapeso a las tropelías del gobierno. Depende de nosotros que ese sistema funcione y prevalezca. Es urgente su implementación de la mejor forma posible e irlo perfeccionando con el tiempo. Queda claro que deberán desaparecer generaciones de políticos mal acostumbrados y mañosos para que logremos la herramienta más perfecta posible, pero es impostergable el empezar ya.
Coahuila está siendo otra vez, referente a nivel nacional en este tema. La forma como se ha instalado el SEA, desde su inicio, está mal hecha. ¿Nos vamos a conformar?
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