No se trata de jugar al memorama, aunque no estaría nada mal empezar por allí, ya que nos es muy necesario fortalecerla; el asunto es que con facilidad olvidamos lo importante, a veces porque nos distraemos con cualquier cosa, otras porque nos distraen deliberadamente, ya sea con asuntos intrascendentes, con festejos, con eventos deportivos, con noticias sensacionalistas, con chismes políticos, en fin, con cortinas de humo para que no veamos lo importante; como nos ha sucedido con los aumentos al precio de la gasolina, o simplemente con esa saturación de loas a nosotros mismos a raíz de los temblores del pasado septiembre, donde una vez pasada la euforia de la solidaridad, nos olvidamos de lo importante, por ejemplo, saber cuál es la cifra exacta de las donaciones que en efectivo hicieron gobiernos y organizaciones nacionales e internacionales para la reconstrucción de viviendas y dónde está depositado ese dinero, quién es el responsable de su resguardo, cuándo se va a usar.
No debemos descuidar lo trascendente por lo urgente ni mucho menos por lo que a juicio de los políticos es importante cuando no toman en cuenta el parecer de los ciudadanos. En mi colaboración del pasado viernes 17 de noviembre se describieron algunos de los asuntos decididos por un congreso servil y que a la fecha venimos pagando las consecuencias de ese servilismo, por ello es necesario no perder de vista el recuerdo, la memoria, incluso engordarla.
Es frecuente leer o escuchar de nosotros los mexicanos como un pueblo de flaca memoria, y esto se debe a que fácilmente olvidamos los agravios, y nos agreden una y otra vez porque olvidamos lo que nos hicieron. En estos tiempos en que no vemos acciones de gobierno que beneficien a la sociedad, sino que al contrario, acciones que benefician a los políticos, principalmente a diputados y senadores que ante la proximidad de la Navidad ya van bien cargados, todo por la "productividad legislativa" que también se convierte en una agresión más; es necesario recordarlo nuevamente porque es el momento de iniciar el esfuerzo para que no nos vuelva a suceder.
En PC 29, hemos insistido en darle seguimiento a planes y programas de gobierno, refiriéndonos al poder ejecutivo, pero ha sido poca la atención al poder legislativo, puede decirse que apenas empezamos a prestarles atención, misma que debe ser permanente; por ello, me parece que debemos asumirnos como verdaderos ciudadanos, no ciudadanos a medias en tanto sólo cumplimos con nuestras obligaciones y poco hacemos por ejercer nuestros derechos. Para engordar la memoria debemos partir del conocimiento necesario y básico de lo que son legalmente los legisladores, éstos son nuestros representantes, son quienes cumplen un mandato, que les entregamos por medio del voto, pero que en la realidad no hemos hecho valer al exigirles cuentas, al exigirles que la representación que tienen sea la de nuestros intereses, por ello, amable lector te invito a que te des el tiempo para conocer las obligaciones del diputado y que la primera es la de representar los intereses de los ciudadanos de su distrito, y acudir a él para informar de su trabajo en el congreso; debe darnos a conocer su agenda de trabajo, y en conjunto como grupo parlamentario la Agenda Legislativa, y además su tarea política es la de ser un contrapeso al poder ejecutivo. Por como está la conformación del congreso de Coahuila para los próximos tres años, tenemos la oportunidad de plantarnos frente a nuestros representantes y exigirles una representación efectiva y digna de nuestros intereses; se perfila un congreso dividido y por lo tanto un poco alejado del servilismo. Estamos frente a una coyuntura que no debemos desaprovechar; debemos dejar de ser ciudadanos de temporal, asumir nuestros derechos a plenitud y exigirlos, estamos ante la oportunidad de plantarnos frente al gobierno y hacer valer nuestros derechos…que primero debemos conocer para luego ejercer; estimado lector en PC 29 estamos trabajando para conocerlos, acércate, entérate, conócelos y hazlos valer, te decimos cómo. Es la hora de engordar nuestra memoria y formar nuestra capacidad ciudadana.
En el Cajón. Puede parecer un dato curioso y hasta una mala broma, pero en la Constitución General de la República y en las de los estados, se define al Poder Ejecutivo como el Presidente, y el Gobernador, es decir, la persona y no la Institución como debería ser; es posible que el presidente Peña cuando afirma que no debemos debilitar a las instituciones se refiera a la persona; en los estertores de un sistema y un régimen agotado, tenemos la oportunidad de rescatar a la institución y fortalecerla; es indudable la urgencia de este cambio, de no hacerlo, las lealtades de los servidores públicos serán a la persona, no a la institución; la palabra la tenemos todos, ciudadanos y representantes.
Le exigimos a Jorge Zermeño, alcalde electo, que el primer acto de su gobierno sea el que nos informe en qué condiciones recibe la ciudad, la administración pública, y las arcas municipales; de haber irregularidades que se sancione a los responsables; necesitamos que se haga justicia.
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