La palabra congruencia significa la relación coherente entre varias ideas, acciones o cosas. Un vínculo lógico entre el decir y el actuar. Vemos pues, que si de algo carecen nuestros gobernantes es de eso, de coherencia. Dicen una cosa y hacen una muy diferente, y en muchos casos, opuesta.
El mensaje de este miércoles del Presidente Peña no pudo ser más desafortunado, digno de un funcionario de quinta categoría, no de un estadista. Un discurso hecho a última hora y sin ton ni son. Eso sí, reiteró en varias ocasiones que nos comprende y que está con nosotros los ciudadanos de a pie, que sufrimos todos los días las malas decisiones de su gobierno. Mejor muestra de incongruencia no puede haber cuando nos dice que entiende nuestro enojo, pero que lo que está haciendo es para mejorar la economía familiar; pues que me explique cómo, porque no entiendo. ¿Cómo un aumento brutal a la gasolina (que se desprende de un aumento en el IEPS, no nada más del precio de mercado) y todo el aumento que conlleva va a mejorar la economía de las familias? ¿Cómo le explico a un trabajador que lo que gana ya no le va a alcanzar para lo mismo porque subió el precio del transporte, de la comida, etc.? Esto aparte de incongruencia, es falta de sensibilidad. ¡Y salir a decirnos por todos los medios posibles que el que está más compungido por la situación, es él! Bueno, se necesita mucha cara dura, cuando vemos que ellos viven en un país muy diferente al que vivimos la mayoría de los mexicanos. No vemos ningún pronunciamiento en favor de recortar verdaderamente el estilo de vida de los altos funcionarios, altos sueldos, jugosas prestaciones, guaruras, teléfonos celulares, pasajes de avión en primera clase, comilonas en restaurantes de lujo y montón de detallitos más. ¿Eso es "comprender" al pueblo? Si así lo entiende este señor, estamos en verdaderos problemas.
Y para rematar, de postre, nos trae de regreso a Videgaray. Ese personaje polémico que tantos dolores de cabeza nos ha dado a los mexicanos. No se nos olvide que ha sido el poder tras el trono y que fue el artífice de las reformas estructurales: la energética (que nos está llevando a lo que estamos viviendo hoy: aumentos en la gasolina, el gas y la luz), la educativa (donde no han podido deshacerse de aquellos movimientos que alguna vez crearon para su beneficio y que dan como resultado nuestra baja calificación tanto de maestros como de alumnos; una vergüenza) y la hacendaria (que lo único que ha hecho es perseguir a los contribuyentes e inhibir la inversión). Este señor ha sido el "cerebro" de la administración de Peña y es el que ayer reconoció que llega a la SRE a "aprender" porque de diplomacia no conoce nada. ¡Un trabajo es para que aportes tus conocimientos y experiencia, no para que experimentes y aprendas! ¡Primer acto de corrupción entre la élite gubernamental!
¿Cómo es posible que estos señores no se den cuenta que somos niños jugando un juego de adultos y que eso es muy peligroso?
Triste panorama le espera a nuestro país, no tenemos en el Gobierno, en ninguno de sus niveles, personas cabales, responsables, preparadas y honestas que nos puedan dirigir hacia el crecimiento que nos urge. El barco va de picada y ellos no se enteran.
Es el tiempo de la ciudadanía, de la unión y de la fuerza; pero eso pareciera también estar muy lejos, todavía no nos llega "el agua a los aparejos" y no nos queremos molestar. Ojalá que no sea demasiado tarde cuando despertemos.
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