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PEQUEÑAS ESPECIES

M.V.Z. FRANCISCO NÚÑEZ GONZÁLEZ

QUIEN RESCATÓ A QUIEN

Qué gran diferencia existe entre criticar y apoyar. Recuerdo que mi doctor en la última revisión me decía; vas a morir por tu peso, aunado a la diabetes y a la hipertensión pesaba ciento cincuenta y cuatro kilogramos, me sentía muy solo y deprimido. En una ocasión por culpa mía se retrasó el vuelo al no caber en el asiento y no quedarme el cinturón de seguridad, tuvieron que ir por una extensión y uno de los pasajeros molesto me dijo: Por culpa de tu gordura voy a perder mi conexión con otro vuelo, sentí que toqué fondo.

Fui una vez más con el nutriólogo, pero ahora me sorprendió con su consejo; adopta un perro, recuerdo que deambulaba por las calles y sin pensarlo llegué a la perrera. Solicité un perro obeso, nos miramos y ambos tuvimos pena, no sabíamos qué pasaría pero nos hicimos inseparables. Nunca había querido tanto a alguien, empecé a caminar en compañía de "Peete", cambié mi alimentación, comía más proteínas y en un año adelgace sesenta y cuatro kilogramos, dejé de ser diabético, mi perro también adelgazó, lo hicimos juntos, fue un milagro, cuando adopté a mi perro no recibía cariño, nadie jugaba con él, padecía de artritis, yo no tenía amigos, nuestras vidas se parecían, solos y sin apoyo. "Peete" se convirtió en un perro muy feliz, existía un amor incondicional, él me enseñó sobre la lealtad absoluta, para él yo era la mejor persona del planeta, intenté convertirme en esa gran persona, siempre soñé con correr un maratón, tú puedes me decía con sus ojos, y lo logré, me convertí en otra persona. El se estaba poniendo viejo, le encontraron un tumor, sabía que iba a morir, llamé a su veterinario y estuvo de acuerdo conmigo que no debería de sufrir, le aplicó una inyección y me recosté junto a él en el piso y sentí cuando dejó de latir su corazón, me quedé abrazándolo, lo amaba muchísimo, me sentí muy triste y sigo sin poder superarlo.

No quería volver a tener otra mascota, sentía que nadie podía ocupar el lugar de mi querido "Peete". Unos meses después, al terminar la carrera de repente quise ir a la perrera, como si una fuerza extraña me impulsara a ir, había un perro recién llegado, yo lo miré y él me miró, ¡Vámonos amigo!, me dijo con sus ojos, "Jake" es diferente, le encanta jugar, entrenamos juntos, vamos hacer un maratón por igual, es el mejor entrenador. No cabe duda que las mascotas son como los hijos, a todos se les quiere por igual, pero todos son diferentes. Gracias a "Peete" despierto cada día con ganas de mejorar, él me transformó en una nueva persona, sólo me quedo con una duda ¿Quién rescató a quién? "Qué diferente es apoyar a criticar".

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