UBER CONTRA EL SISTEMA
Aparte de ser una opción más barata, segura y cómoda, el servicio de transporte por medio de una aplicación de celular llamada "uber", es toda una revolución y una respuesta creativa e inesperada contra el sistema capitalista y de explotación de los grupos de poder locales e internacionales. La opción consiste en contratar por medio del celular el servicio, pero este sistema implica algo mucho más trascendental que un simple cambio de compañía de taxis.
Es lógico que el sistema tradicional controlado por autoridades, sindicatos y poderosos empresarios del transporte traten de impedir de diversas maneras su implementación; pero el evidente desinterés por dar un buen servicio a la ciudadanía por parte de todos ellos, está acelerando la inevitable transformación de todo el sistema neoliberal capitalista que ya está caduco y del cual el sistema de transporte es sólo una pequeña parte; es también un signo del despertar de la ciudadanía para participar contra la corrupción.
Hasta ahora son especialmente los jóvenes los principales usuarios, pero se está extendiendo su uso a otros sectores de la población, aunque tal vez sin ser totalmente conscientes del proceso que están desatando. Sin llevar algún beneficio por publicitar este sistema, estas líneas pretenden destacar algunos aspectos escondidos entre los botones de su teléfono y las llantas de este nuevo sistema.
¿Qué tiene ver "uber" con el capitalismo? El sistema neoliberal se fundamenta en el consumismo, que ha creado la artificiosa necesidad de tener un carro como parte del "status" que se busca para entrar en esta sociedad competitiva. Esta característica fundamental del sistema socio-económico, tiene como motor la producción, el consumo y el desecho, para luego producir más, comprar más y tirar nuevamente, trayendo como consecuencia la explotación despiadada de recursos, la contaminación, la creación de necesidades ficticias y la insatisfacción que produce el vicio del consumismo, cuyo objetivo no es saciar las necesidades humanas sino el consumir por consumir.
El rentar un auto sólo para el momento que lo necesite, se contrapone a toda esta falacia capitalista que nos quiere engañar poniendo el automóvil como uno más de tantos productos por consumir (aunque el automóvil tiene un lugar especialmente significativo en la sociedad de consumo). Ante la imposibilidad de cumplir con las expectativas de los poderes que controlan el sistema, esta nueva generación ha decidido no entrar en el juego, renunciando a la carrera por poseer, en la que habían sido atrapados por todo un sistema que usó los medios, la publicidad y la ideología imperante para lograr sus propósitos que despersonalizan. La crisis de este sistema requiere para poder superarla acciones concretas para detener la ambición del poseer; acciones que signifiquen la liberación de la tiranía del tener. Al renunciar a la posesión de un carro, se da un gran paso y un ejemplo de que se puede echar abajo estos ataques contra la humanidad y el planeta. No hay duda que esta nueva generación es capaz de renovar este mundo sorprendiéndonos con ideas como éstas, que nacen de una creatividad y se fundamentan en la misma naturaleza humana que reclama su dignidad y se resiste a ser un simple "consumidor-depredador".
Pero la renuncia a tener un carro se convierte también en una ganancia ya que sin dejar de transportarse, se olvidan del estrés de tráfico, del pago de multas, estacionamientos, tenencias, placas, deudas eternas, accidentes, seguros, espacios para guardarlo. Al no comprar un auto se libra de la condena de pago de muchas mensualidades (años) que, antes de que se pague totalmente, ya tendría que comprar otro haciendo de esa condena una cadena perpetua.
Además la conciencia ecológica que ha crecido en las nuevas generaciones intuye que habrá menos contaminación y menos autos por comprar y tirar; usando un auto sólo cuando se necesite, se reducirá el número de autos parados, el espacio que requieren, el gasto que implica guardarlos, el desperdicio de tenerlos parados y la infraestructura para todo ello, que siempre va en detrimento de áreas verdes, de contaminación ambiental y de calentamiento global. Los beneficios se multiplicarán para los individuos, para la sociedad en general y para el planeta.
¿El transporte público? Otra gran opción y complemento que se requiere mejorar en servicio, tiempo y calidad, y que en la Laguna se convierte en una necesidad apremiante, dado el aspecto metropolitano que tiene la región con grandes distancias por recorrer. Sin embargo las autoridades deberán luchar contra fuerzas muy poderosas. Necesitarán el apoyo de todo la ciudadanía para poder imponer el interés común por encima de intereses particulares, de grupos o de partidos. El gran reto de nuestras ciudades conurbadas que comprenden dos Estados, será la colaboración de autoridades y población en general, fundados en una activa participación de la sociedad organizada que apoye, reclame, supervise y fiscalice proyectos y recursos metropolitanos, estatales y municipales. Existen ya grupos regionales por todos conocidos que van tomando rumbo en este sentido, pero aún son insuficientes para lograr superar corruptelas, fuerzas contrarias, interés mezquinos, proyectos truncos o de poca visión de futuro y de poca colaboración como región (gran papel tiene en ello el observatorio ciudadano de reciente creación).
El metrobus es todo un reto que será la prueba de fuego de las autoridades, que tendrán que superar muchas dificultades para demostrar su capacidad de gobernar por el bien de la gente. Para ello la participación ciudadana será pieza fundamental al poner presión con la colaboración, las ideas, las propuestas, las manifestaciones y… ¿por qué no? algunas otras iniciativas creativas como el sistema "uber".
El tiempo que se prolonga en el transporte ineficiente e incómodo repercute de muchas maneras en nuestra vida cotidiana: nos roba el tiempo para dormir, para estar con los hijos, para estudiar, para divertirse… ¡Urge un cambio! ¿Qué piensa usted?
