LA NO VIOLENCIA: UN ESTILO DE POLÍTICA PARA LA PAZ
El mensaje del Papa Francisco con motivo de la jornada mundial de la paz, se da cada día primero del año. Este 2017 es la versión número 50 y lleva por título: "La no violencia: un estilo de política para la paz". Es cierto que siempre ha habido conflictos bélicos en el mundo, pero estamos en una coyuntura especial que le da este mensaje una importancia singular, no sólo por el medio siglo de mensajes, sino por la violencia generalizada que nos sitúa, según palabras del mismo Papa Francisco, "ante una terrible guerra mundial por partes".
"No es fácil saber si el mundo actualmente es más o menos violento, pero si provoca un enorme sufrimiento que conocemos bien: guerras en diferentes países y continentes; terrorismo, criminalidad y ataques armados impredecibles; abusos contra los emigrantes y las víctimas de la trata; devastación del medio ambiente". En el país y en la región también continúa la violencia, porque ésta sigue en los corazones y en la cultura como una forma de vida, alimentada con el sistema neoliberal imperante que pone a todos en competencia. Nos hallamos inmersos en el torbellino de una crisis en la historia humana. La ansiedad domina el corazón del hombre y lo priva de la tranquilidad y el sosiego, de la auténtica alegría, de la risa, de la paz. La alternativa se pone precisamente en la no violencia activa, como manera de responder a los conflictos, en vez de la cultura de la muerte que hasta hoy sigue vigente.
La propuesta de la defensa popular no violenta, rompe el círculo vicioso de la violencia, que se nutre y mantiene con siempre nuevas violencias y que no beneficia sino sólo a algunos, que el Papa llama "señores de la guerra". Al tradicional brazo de fierro, basado en la conquista de posiciones de fuerza, la no violencia activa opone la desobediencia y la resistencia en una sociedad no pasiva, que continuamente sabotea al opresor en todas aquellas fases de la vida cotidiana que hacen vivir y funcionar un Estado.
El fenómeno "Rubí" puede leerse también como un desesperado intento de los medios y del Estado, de contener un pueblo que puede hacer muchas cosas por sí mismo. La estrategia de una sociedad organizada le comunica al Estado-agresor que no le teme a sus diversas y sofisticadas armas.
La Laguna está creciendo en organización ciudadana a todos los niveles, y enfrenta creativamente y con una ordenada sociedad civil las ineficiencias, cinismos, impunidades y violencias institucionales; aún nos retan fronteras estatales y urbana; religiosas y culturales; pero la población ya descubre en ellas oportunidades de riqueza en la diversidad, más que motivos de separación; en cambio las luchas por el poder por parte de quienes antes se constituían en una muy bien organizada delincuencia, están acelerando su caída. "Peléense las comadres y descúbranse las verdades".
La no violencia activa, toca los dos extremos del ser humano: su relación consigo mismo y con los demás. Requiere actitudes y comportamientos individuales y sociales para poder triunfar. Es por eso que debe ser un "estilo de vida". Solidaridad, colaboración y participación se fortalecen con un rechazo a egoísmos y con una esperanza profunda. En la familia, la sociedad y la nación, así como la relación entre los hombres en general, existe una demanda de paz, que es la ausencia de deseo desmedido, de ira, de codicia y de odio. La paz significa el triunfo en la eliminación de esas tendencias. La paz debe manifestarse en sentimientos, palabras y acciones. La auténtica paz es la que ha penetrado al corazón; no puede asociarse con una persona codiciosa y llena de exagerados deseos económicos.
La no violencia como un estilo de política para la paz, "requiere que se conformen nuestros sentimientos y valores personales más profundos. No se debe entender como un rendirse ante el mal; no es desinterés o pasividad, sino responder al mal con el bien (cf. Rm 12,17-21), rompiendo de este modo la cadena de la injusticia. Es más fuerte que la violencia porque hace sentir su voz a los poderosos para que ante los crímenes de la pobreza creada por ellos, sale al encuentro de las víctimas. Practicada con decisión y coherencia ha producido resultados impresionantes. No se olvidarán nunca los éxitos obtenidos por Mahatma Gandhi y de Martin Luther King Jr, y otras experiencias en la misma línea que ponen en evidencia que un cambio crucial en la vida de los pueblos, de las naciones y de los estados se realiza a través de una lucha pacífica, que emplea solamente las armas de la verdad y de la justicia.
La construcción de la paz mediante la no violencia activa es un elemento que responde a circunstancias de cada región, a los tiempos que se están viviendo y a los recursos con que cuenta la población: características geográficas, políticas, sociales y económicas de nuestra Laguna marcarán las acciones adecuadas que requerirán inteligencia y creatividad en relación diversas áreas y problemáticas como el consumo local, la economía solidaria, el transporte, la participación política, la exigencia de transparencia, de eficiencia, de políticas publicas, de interés por el bien común, de seguimiento de proyectos locales y metropolitanos, etc., implica también el surgimiento de personas dispuestas a aceptar sufrir el conflicto y resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso; capaces de promover y fomentar una amplia participación ciudadana. Bienaventurados los mansos -dice Jesús-, los misericordiosos, los que trabajan por la paz, y los puros de corazón, los que tienen hambre y sed de la justicia.