Caída. Trump fulminó a la fiscal general, Sally Yates, por haber ordenado no defender el polémico veto a refugiados e inmigrantes.
El presidente estadounidense Donald Trump destituyó anoche a la procuradora general en funciones, Sally Yates, quien desafió su orden ejecutiva migratoria contra ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
La Casa Blanca acusó a Yates de haber "traicionado al Departamento de Justicia, al negarse a hacer cumplir un orden legal diseñada para proteger a los ciudadanos de Estados Unidos".
La presidencia estadounidense calificó a la funcionaria como un miembro de la administración del expresidente Barack Obama, que fue "débil en las fronteras y muy débil en la inmigración ilegal".
"Esta noche, el presidente Trump relevó a la señora Yates de sus funciones y posteriormente nombró a Dana Boente, fiscal federal para el Distrito Este de Virginia, para actuar como fiscal general interino", precisó el comunicado.
El fiscal Boente permanecerá en el cargo "hasta que el senador Jeff Sessions finalmente sea confirmado por el Senado" en el cargo de procurador, informó la oficina de prensa de la Casa Blanca.
"Es hora de tomar en serio la protección de nuestro país. Llamar a investigar de manera más dura a las personas que viajan desde siete lugares peligrosos no es extremo. Es razonable y es necesario para proteger a nuestro país", indicó la Casa Blanca.
Yates, designada por Obama, seguía en el cargo debido a que el Senado no ha confirmado a Sessions.
Ayer por la tarde, la destituida funcionaria cuestionó la legalidad de la orden presidencial, que prohíbe el ingreso temporal de inmigrantes de Irán, Irak, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen.
Horas antes de su sorpresiva destitución, Yates instruyó a los fiscales federales a que en tanto fuera procuradora general, el Departamento de Justicia no presentaría argumentos en favor de la orden ejecutiva.
La administración de Trump acusó a los senadores demócratas en el Senado de bloquear la confirmación de Sessions por razones estrictamente políticas.
Boente se dijo honrado de desempeñar el cargo hasta que Sessions sea confirmado, y adelantó que defenderá "y haré cumplir las leyes de nuestro país para asegurar que nuestro pueblo y nuestra nación estén protegidos".
DIPLOMÁTICOS RENUNCIAN
Cuatro diplomáticos encargados de la gestión del Departamento de Estado de EU. renunciaron a su cargo esta semana, días después de la llegada al poder del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, lo que deja un vacío de liderazgo en la administración de la agencia.
La dimisión de esos altos funcionarios, sumada a la retirada la semana pasada de otros dos encargados también de la administración de la agencia, ha reducido considerablemente el equipo de gestión al Departamento, lo que complica las cosas para el nominado por Trump como titular de Exteriores, el empresario Rex Tillerson.
El portavoz en funciones del Departamento de Estado, Mark Toner, explicó que las Administraciones de Trump y del expresidente Barack Obama se coordinaron para "solicitar que todos los funcionarios políticamente nombrados entregaran cartas de renuncia".
El diario The Washington Post informó ayer de la dimisión de cuatro funcionarios y sugirió que su "súbita" partida podía deberse a posibles desencuentros con el equipo de Trump, pero el portavoz del Departamento de Estado aseguró que este proceso es "estándar" y se repite "con cada transición de poder".
Obama rompe el silencio
El expresidente Barack Obama elogió ayer lunes a los manifestantes que se congregaron en distintos puntos del país para oponerse a los decretos de Donald Trump en materia migratoria, la primera vez que habla sobre políticas desde que dejó el cargo.
Obama “discrepa fundamentalmente con la noción de discriminar a individuos con base en su fe o religión”, dijo el portavoz del exmandatario, Kevin Lewis.
En su primera declaración a nombre del expresidente, Lewis dijo que Obama se sentía “animado” por la gran participación de las comunidades del país. Lewis, un exfuncionariode la Casa Blanca, señaló que Obama usó su último discurso como presidente para hablar de la responsabilidad de Estados Unidos como “guardián de la democracia”, incluso en años que no son de elecciones.
“Los ciudadanos que ejercen su derecho constitucional a reunirse, organizarse y hacerse oír por sus funcionarios electos es justamente lo que esperamos ver cuando los valores estadounidenses están en juego”, dijo Lewis.
