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POSDATA SECRETARIAL

Profra. Pilar D.R. de López

CUANDO EXISTE AMBULANTAJE EN LA OFICINA

Yo te compro si tú me compras. Es una frase que se repite con mucha frecuencia en ciertas empresas. Algunas oficinistas ofrecen en venta cosméticos, joyería y hasta ropa. Es muy encomiable su esfuerzo, pero desafortunadamente se aprovechan de la amistad de trabajo para presionar a los miembros del personal para que les compren. Quizá te encuentres en esta situación y es probable que si te has negado a comprarles algo, te hayas sentido culpable por no hacerlo. Sin embargo, por otra parte, cuando has accedido, sientes que has malgastado tu dinero.

Lo que hagas en estas circunstancias comprometedoras dependerá de qué tanto quieras asentar tu individualidad y dejar de ser manipulada. Para lograrlo aquí están ciertas ideas:

Cuando te ofrezcan algo en venta, maneja sus ofertas como manejas a los vendedores que tocan a tu puerta, diciéndoles, de manera correcta, que no usas ese producto en particular y que tienes por regla comprar únicamente las cosas que realmente necesitas.

Si alguien te refuta alegando que estás obligada a comprarle, ya que todos en la oficina lo han hecho, contéstale con la verdad: que no quieres comprar algo que nunca vas a usar.

Cuando son varias las vendedoras, una buena excusa es que no se les puede comprar a todas y que el darle preferencia a una de ellas podría ofender a las demás. En este caso es mejor abstenerse. Una disculpa en un tono amistoso no daña las relaciones.

Varias asistentes piensan que el jefe debe estar enterado de esta situación. De esta manera, él puede establecer algunas reglas respecto a las ventas en la oficina. Si el jefe maneja el problema, no habrá resentimientos entre el personal. Pero si el jefe no interviene, debes explicarles a las vendedoras que no te hace falta lo que te están ofreciendo. Si te mantienes firme, y cortésmente, sin embargo con firmeza continúas diciendo "NO", puede que las convenzas que no eres una clienta, y es casi seguro que inspires a otros a seguir tu ejemplo. La mayoría de ellos probablemente sienten lo mismo que tú, pero no tienen el valor de decirlo.

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