EVITEMOS LA FRIALDAD EN LOS ESCRITOS
El tono no es más que la adaptación de la expresión y del estilo al asunto que motiva nuestro escrito. Téngase en cuenta que la redacción es la versión escrita de una conversación entre el redactar y su (s) lector (es). De ahí que el tono deba reunir las siguientes cualidades:
Personal. Sitúese verbalmente frente al destinatario como si lo estuviera mirando cara a cara.
Cortés. La expresión amable y cordial favorece la buena voluntad del destinatario hacia la persona que le escribe.
Ponderado. Procure mantenerse dentro de los límites de moderación en el trato y prudencia en la expresión porque así ofrecerá una grata imagen de sinceridad.
Positivo. Aunque muchas veces tengamos que decir "no", exprese una decisión o una acción enfocando el lado positivo, no su aspecto negativo.
Para lograr el tono que reúna las cualidades anteriormente mencionadas, siga los siguientes consejos prácticos:
- Escriba con un tono natural y propio, sin caer en la excesiva familiaridad.
- No lo haga en tono ceremonioso, frío e impersonal.
- Elimine toda expresión convencional.
- Acuérdese de poner en su estilo un acento de espontaneidad, afable, propio de un escrito dirigido a un ser humano y no a una entidad anónima.
- Evite el tono egoísta. No convierta su persona en el eje exclusivo sobre el cual gira su redacción.
- No incurra en exageraciones, jactancias, falsas promesas ni adulaciones.
- No trate de imponer, sino de convencer.
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