La Virtud de la Cortesía
Existe un cierto número de pequeñas virtudes (entre ellas, la cortesía) que no causan una ruidosa admiración, que pasan desapercibidas, más cuando no aparecen, las mutuas relaciones entre los hombres son tirantes, se derrumban e inclusive causan serios conflictos y distanciamientos dentro de la sociedad. A su vez, cuando estas "pequeñas virtudes" aparecen, son las que hacen soportable y agradable nuestra vida cotidiana.
Es ésta la razón principal por la que ahora merece enfocar toda nuestra atención en la virtud de la cortesía.
¿QUÉ SIGNIFICA SER UNA PERSONA CORTÉS?
"La cortesía es una virtud educadora en el sentido de que sin un esfuerzo considerable el hombre perfecciona tanto sus modales morales (interiores) como sus modales exteriores. Es una virtud social que facilita y hace más auténtica las relaciones entre los hombres".
Ser corteses con las demás personas hace traslucir nuestra bondad interior, aumenta nuestro prestigio, nos prepara para la verdadera amistad, eleva nuestra calidad humana frente a la sociedad en que vivimos.
¿CÓMO LOGRAR LA VIRTUD DE LA CORTESÍA?
La educación de la cortesía inculca los buenos hábitos del comportamiento en lugares públicos, en la conversación, en la mesa, en la puntualidad de nuestros compromisos. El mayor obstáculo que impide lograr esa virtud es el desprecio consciente o inconsciente hacia las demás personas.
1) Enseñar a los niños y jóvenes a dar las gracias y a perdonar.
2) Fomentar el hábito de decir "buenos días, buenas noches, etc".
3) Evitar la impaciencia y corajes innecesarios a la hora de regañar o imponer un castigo.
4) Suprimir al máximo los calificativos negativos que sólo provocan una baja estima en su persona.
5) Impedir al máximo el desprecio hacia el prójimo: con los ancianos, los niños pobres, con las personas que tienen un diferente nivel económico al nuestro, etc.
6) Enseñarlos a sonreír, a tener atenciones con las demás personas con amabilidad y alegría, con espíritu de entrega y desprendimiento es lo que hará finalmente lograr la virtud de la cortesía.
¿CUÁNDO PONER EN PRÁCTICA LA VIRTUD DE LA CORTESÍA?
Saber vivir y convivir con los demás procurando en todo momento ser corteses, es saber vivir con alegría, en una palabra: es saber valorar la vida nuestra y la de los demás como el regalo más grande que Dios nos ha dado a través de la vivencia de esta virtud.