El manual para aprovechar el aire acondicionado en el auto al máximo. (ARCHIVO)
Estamos en esa época del año en que si no nos agarra la tormenta mientras transitamos en la ciudad, nos morimos de calor con un solazo. En ambos escenarios, el sistema de aire acondicionado de nuestro auto se convierte en el eterno acompañante, al que solemos dar por sentado. Sí, lo utilizamos para desempañar el parabrisas o para hacer más agradable nuestra estancia en el habitáculo, pero sólo nos preocupamos por él si empieza a oler raro o, de plano, no enfría lo suficiente.
En esta página aprenderás a prevenir que en los conductos de ventilación se acumule polvo, humedad o bacterias.
TODOS TIENEN UN FILTRO
Los vehículos están equipados con un filtro de cabina que debe ser reemplazado cada determinado tiempo.
CONSIDERA EL CAMINO
Regularmente se recomienda cambiar el filtro de aire cada 15 mil kilómetros, pero si circulas por caminos con tierra o campos es importante que lo limpies o reemplaces a los 10 mil km.
CÁMBIALO TÚ MISMO
Es muy sencillo: sólo debes recurrir al manual de usuario para verificar el tipo de filtro y ubicación del mismo, no te lleva más de 15 minutos reemplazarlo o limpiarlo.
MEJORA EL CONFORT
Si se da un correcto uso y mantenimiento, el sistema permitirá un mayor flujo de aire al interior, el desempañante funcionará adecuadamente en época de lluvia y la calefacción siempre estará disponible para la temporada de frío.
DETECTA FALLAS
Si no baja la temperatura el problema puede ser por poco gas refrigerante, falla en la botella deshidratante, filtro dañado o bloqueo en el conducto o sistemas. Si el flujo de aire es débil, es posible que el filtro esté obstruido. Si detectas olores desagradables, se ha acumulado humedad en los conductos. También asegúrate de que el vaho en los cristales no se concentre demasiado; si lo hace es porque el sistema no enfría lo suficiente.
Zoom in
En lo relacionado con el tema motriz, obvio, no hay sorpresa: todo es el mismo que en el resto de la gama. Se trata de un motor es el 2.0 litros de 133 hp, que son enviados por una transmisión manual de seis velocidades o automática de cuatro, a las ruedas delanteras. Las suspensiones son MacPherson adelante y barra de torsión en forma de 'H' atrás.
Es el mismo vehículo, con la misma buena reacción en el manejo, gracias en gran parte a su chasis y suspensiones, apartado en el que Renault siempre lo ha hecho muy bien y se lo hemos reconocido (aun siendo Dacia).
El motor no se distingue por provocar arranques poderosos, tiene el poder apenas justo para domar su peso. Tampoco destaca por ser ágil ni mucho menos, pues la dirección es un poco rígida, y si se trata de la versión manual (como la que probamos), el embrague se siente duro. Termina resultando algo cansado para la ciudad. Sin embargo, la calidad de marcha es buena. La caja manual permite aprovechar de mejor manera las prestaciones del propulsor.
Es un SUV, al fin, que cubre adecuadamente las necesidades de una familia; en realidad no tiene capacidades todo terreno, pero sí altura suficiente para que los baches, inundaciones, topes gigantes, terracerías ligeras y caminos en mal estado no representen pesadillas.
El equipamiento no puede tener altos vuelos, como es lógico: se cuenta con el Media Nav 2.0 (su sistema multimedia táctil con el que controla funciones de música, GPS, llamadas y cámara de reversa). Cuenta con frenos ABS y bolsas de aire para conductor y pasajero.
Hay que reconocer que este paquete estético sí realza la imagen del Duster. Es la versión Intens con aditamentos adicionales como una burrera con luces exploradoras LED.