Atado. Trump promulgó la ley que endurece las sanciones económicas de Estados Unidos a Rusia. (AP)
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó ayer a regañadientes una ley que impone nuevas sanciones contra Rusia, al subrayar su "preocupación" porque limita su poder para levantar ese castigo sin la aprobación del Congreso.
La ley, aprobada la pasada semana por abrumadora mayoría bipartidista en las dos Cámaras del Legislativo, contempla sanciones que afectan a la industria petrolera y minera de Rusia por su supuesta injerencia en las elecciones de 2016 en EU para perjudicar a la demócrata Hillary Clinton, derrotada por Trump.
La legislación, que incluye sanciones contra Corea del Norte e Irán por sus programas armamentísticos, también penaliza a Rusia por su actividad militar en el este de Ucrania y su anexión de Crimea en 2014.
Asimismo, la ley busca castigar a ciudadanos rusos implicados en violaciones de derechos humanos, responsables de ciberataques e individuos que hayan suministrado armas al Gobierno de Siria.
Trump firmó el texto de manera discreta, sin cámaras de televisión en el Despacho Oval que difundan la rúbrica como en otras ocasiones, en las que la Casa Blanca ha querido dar un realce mediático a las decisiones del presidente.
No en vano, la promulgación de la ley trunca, de momento, el deseo del mandatario de mejorar las relaciones bilaterales con el Kremlin, anhelo que se ha topado con el escepticismo de legisladores republicanos y demócratas y las investigaciones sobre los posibles lazos entre la campaña de Trump y Rusia en los comicios de 2016.
El gobernante republicano ha negado cualquier intento ruso de influir en los comicios, pese a que los servicios de espionaje estadounidenses sostienen que la inteligencia rusa orquestó ciberataques para ayudar al magnate neoyorquino en la campaña.
El presidente incluso ha calificado de "caza de brujas" las investigaciones en curso del Congreso de EU y un fiscal especial sobre la presunta intromisión electoral del Kremlin.
La firma de la ley supone, además, una derrota para el Gobierno de Trump, que había expresado inquietud al considerar que invade el poder del Ejecutivo debido a que el presidente necesita la anuencia del Congreso para cancelar las sanciones.
En un comunicado, el propio mandatario tildó ayer la legislación de "considerablemente defectuosa" y alegó que contiene "varias provisiones claramente inconstitucionales" que "sustituyen la autoridad constitucional exclusiva del presidente".
"Al limitar la flexibilidad del Ejecutivo -esgrimió-, esta ley hace más complicado que EU alcance buenos acuerdos para el pueblo estadounidense y acercará mucho más a China, Rusia y Corea del Norte".
Muy a su pesar, Trump finalmente rubricó el texto legislativo "por el bien de la unidad nacional", pues representa "la voluntad del pueblo estadounidense de ver que Rusia da pasos para mejorar la relación con EU".
El presidente promulgó la ley después de la orden decretada la semana pasada por Moscú al Gobierno de EU para recortar su personal diplomático en Rusia, justo en represalia por estas últimas sanciones aprobadas por el Congreso norteamericano.
El Ministerio de Exteriores ruso ordenó al Gobierno estadounidense que, a partir del 1 de septiembre, reduzca el número de diplomáticos y colaboradores que trabajan en su embajada en Moscú y en los consulados de San Petersburgo y otras ciudades, hasta el mismo número del personal diplomático que Rusia tiene en Estados Unidos.
Esa medida implica recortar la plantilla diplomática, técnica y de apoyo de las misiones de Estados Unidos en Rusia hasta dejarla en 455 personas.
Igualmente, el Ministerio de Exteriores ruso anunció que desde el primero agosto la Embajada de Estados Unidos no podrá utilizar unos almacenes en la capital rusa ni tampoco la mansión de que dispone en Serebrianyi Bor, una elitista zona de descanso en Moscú.
Ley aprobada no cambia nada: Kremlin
El Kremlin dijo ayer que la promulgación de la ley de sanciones contra Rusia por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, "de facto no cambia nada", ya que la adopción de las restricciones se daba por descontada.
"De facto no cambia nada. No hay nada nuevo. Ya se han tomado las medidas de respuesta", dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en alusión a la orden dictada el viernes por Rusia para que 755 funcionarios de la embajada de Estados Unidos en Moscú, entre diplomáticos y personal técnico, cesen su actividad a partir del 1 de septiembre.
Trump firmó ayer la ley aprobada por el Congreso que adopta un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, algunas de las cuales pueden afectar a grandes empresas de la Unión Europea (UE) al prohibir invertir en gasoductos y oleoductos rusos.
Konstantín Kosachev, presidente del Comité de Asuntos Internacional de la Duma de Rusia (cámara baja del Parlamento), advirtió de que con sus últimas sanciones "EU no ha dejado oportunidad a una cooperación constructiva" con Moscú.
A partir de ahora, lamentó, "durante años (¿o décadas?) esa cooperación tendrá un carácter selectivo, no sólo por la parte estadounidense, sino también por la rusa".
Al igual que hizo ayer el propio Trump, que escenificó su descontento con muchos aspectos de la ley aprobada por el Congreso, Kosachev afirmó que, tras este nuevo paso que aleja aún más a EU de Rusia, las perspectivas de arreglar los conflictos con Corea del Norte e Irán "se vuelven oscuras".
La ley, adoptada la semana pasada por el Senado, fortalece las sanciones contra Rusia por su supuesta interferencia en las elecciones de 2016 en EU, sus acciones en Ucrania y en Siria y sus violaciones de derechos humanos, y limita la capacidad de Trump de levantarlas sin el visto bueno del Congreso.