Uno de los barrios del poniente de Torreón en el que se generó mucha afición e identificación con los ídolos de los años sesenta y setenta del futbol profesional fue la Privada Rayón, ubicada entre avenidas Abasolo y Escobedo de esta ciudad, en la esquina en donde hace años estaba la Miscelánea La Gitana, propiedad de la señorita Celia López y sus hermanas.
Este pequeño negocio tenía un pequeño pizarrón de conocida marca de refrescos, en el que se anotaba lo que adeudaban los clientes del rumbo. La propietaria lo instaló con la finalidad de que los morosos liquidaran cuanto antes sus adeudos.
La miscelánea en mención estaba en donde ahora se encuentran las canchas deportivas del Instituto Mexicano de Estudios Superiores (IMES) sobre avenida Ocampo. La Privada Rayón se cerraba en aquel tiempo para celebrar "cascaritas'' con porterías móviles, a las cuales asistían a ver jugar a los muchachos de barrio los futbolistas profesionales que militaban en ese entonces en los desaparecidos equipos Laguna y Torreón.
Entre los asistentes a esas "cascaritas'' podemos mencionar a José Refugio "La Coyota'' Fernández, Gerardo "Pantalones'' Lupercio, Agustín "Cri Cri'' Fernández, Rubén "El Chango'' Villalpando, Anastasio "El Tacho'' Delgado, Ramón "Mon'' Romero, los hermanos Enrique y Jaime Yassin, Mario "El Macho'' Cordero, Luis "El Gato'' Gómez, Celedonio Mora y Rafael "El Pelé'' Padilla, entre otros.
Al término de las "cascaritas'' los futbolistas profesionales daban "tips'' a los jugadores de ese barrio para que corrigieran el golpeo del balón, conducción y definición de la jugada. Les enseñaban también a como ejecutar un tiro libre para salvar la barrera y poder anotar, así como hacer un "túnel'', utilizar el cuerpo y otros secretos del futbol, que le venían como "anillo al dedo" a los jóvenes de ese barrio.
Una vez que concluía la "cascarita'' se realizaba la firma de autógrafos y de las estampillas con fotografías de los jugadores del equipo Laguna que se regalaban en cada juego. En una ocasión jugaba uno de los jóvenes asistentes de portero y al platicar con Rubén Villalpando le encargó a éste unos guantes de guardameta, que se vendían en Guadalajara en la tienda de deportes del arquero nacional Ignacio "El Cuate'' Calderón.
Rubén Villalpando no sólo trajo los guantes y además le regaló una colección de banderolas de los 14 equipos que militaban en ese entonces en Primera División, algunos de los cuales ya desaparecieron, como el Oro de Guadalajara, de gratos recuerdos por haberle impedido al Campeonísimo Chivas coronarse Pentacampeón en la temporada 1962-1963 con un gol de Manoel Tavares Necco y una gran estirada de Antonio "El Piolín'' Mota en un remate de cabeza de su colega Jaime "El Tubo'' Gómez al final de ese memorable encuentro.
En los juegos del Laguna en el desaparecido Estadio de San Isidro había una rifa de balones cada vez que la Ola Verde jugaba en casa, los cuales eran sorteados entre los asistentes y resultaban un atractivo regalo para niños y jóvenes. Al jugador más destacado del encuentro también se le premiaba con un regalo. Conocida tienda de autoservicio regalaba pantalones, de ahí que Gerardo Lupercio se ganó el mote de "El Pantalones'' Lupercio, ya que constantemente era el agraciado por haber anotado goles.
El legendario jugador Agustín "El Cri Cri'' Fernández tenía su Taller de Enderezado y Pintura en la Privada Rayón entre avenidas Ocampo y Escobedo, en donde sus trabajadores colocaron un anuncio elaborado por ellos mismos, que decía así: "Estimado cliente, si Usted quiere que le terminen a tiempo el trabajo de su carro, por favor no platique con el Grillo de futbol, porque deja las herramientas y no va a terminar el trabajo''.
En ese barrio de la Privada Rayón vivían varios jugadores del desaparecido equipo Laguna: José Refugio "La Coyota'' Fernández vivía entre avenidas Abasolo y Ocampo en un conjunto de casas propiedad de la familia Giacomán Murra. En la esquina de avenida Abasolo y calle Mina vivía la familia de Enrique y Jaime Yassin de la O, la casa en mención tiene en su fachada superior unos símbolos árabes. En la confluencia de avenida Allende y calle Mina, en conocido edificio de departamentos vivía Rubén "El Chango'' Villalpando, Ramón "Mon'' Romero vivía en avenida Abasolo y calle Mina.
En la Privada Rayón se reunían los domingos vecinos del lugar para ir a los partidos de San Isidro cada vez que el Laguna jugaba y en ocasiones eran llevados en los automóviles de los jugadores de la Ola Verde, ya que en ese entonces no se acostumbraban las concentraciones en los equipos de Primera División.
Cuando el Laguna y el Torreón jugaban en Segunda División, dos seguidores de la Ola Verde le solicitaron a don Joaquín Zorrilla Moreno (QEPD), directivo de los Diablos Blancos, que los llevaran en el autobús oficial del equipo a La Piedad, Michoacán, a lo que don Joaquín respondió: "Ni pagando doble los llevo''.
Gracias a la intervención del Ing. Rodolfo Ríos, directivo del Torreón, los dos jóvenes solicitantes pudieron hacer el viaje en el autobús de los Diablos Blancos. A manera de agradecimiento, uno de ellos, Gerardo Salcido Esparza, le hizo una caricatura en tres cuadros a don Joaquín Zorrilla Moreno, la cual enmarcó para que el directivo la mostrara en su oficina.
En el primer cuadro aparecía don Joaquín visitando a una Adivina para solicitarle un favor, en el segundo se mostraba el momento de la consulta, cuando don Joaquín le preguntaba cómo iba a quedar el marcador del partido en puerta, y en el tercero aparecía el directivo despidiéndose de la Pitonisa y pagando por el servicio recibido.
En aquel entonces no había tantos campos de entrenamiento para dos equipos de Primera División, los cuales solicitaban a menudo las canchas del Instituto Francés de La Laguna mientras recibían mantenimiento las de San Isidro y del Estadio de la Revolución. Los alumnos del IFL tenían la oportunidad de ver jugar a sus ídolos y la Selección Mayor del plantel enfrentaba con gallardía al Laguna o al Torreón. Eran otros tiempos, se facilitaba la convivencia con los ídolos.
¡Hasta el próximo miércoles!
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