Refranero del Quijote
Altisidora, una de las doncellas de la Duquesa, finge estar enamorada de don Quijote, quien la desdeña por la fidelidad que le guarda a su señora Dulcinea del Toboso. En realidad se trata de una más de las burlas orquestadas por los Duques, para divertirse a costa de don Quijote.
La simulación de Altisidora llega al extremo de fingir que muere por el desprecio del que es objeto su amor. Pero luego, en un acto de solemne teatralidad y gran parafernalia, Altisidora resucita.
Piensa Sancho que esa noche de la supuesta resurrección de la doncella, su amo no le dejará dormir con sus comentarios y preguntas.
Pero don Quijote le dice que duerma si es que se lo permiten “los alfilerazos y pellizcos recibidos y las mamonas [palmetadas en el rostro] hechas”, durante la grotesca ceremonia de resurrección.
“-Ningún dolor –replica Sancho- llegó a la afrenta de las mamonas, no por otra cosa que por habérmelas hecho dueñas [damas de compañía, de mayor edad, de la Duquesa], que confundidas sean; y torno a suplicar a vuesa merced me deje dormir, porque EL SUEÑO ES ALIVIO DE LAS MISERIAS DE LOS QUE LAS TIENEN DESPIERTOS”.
Como dice el escudero, el sueño en efecto suele ser buscado como inmediato y eficaz remedio a los problemas, grandes o pequeños, sencillos o complejos, que agobian la vida de los humanos.
@jagarciavilla