Recuperado. Matteo Renzi derrotó a sus rivales en las primarias de su partido.
Matteo Renzi, el carismático reformista que quería desguazar a la vieja guardia de Italia y que quedó derrotado en diciembre por el fracaso en el referéndum constitucional, inició ayer con energías renovadas su regreso a la primera línea de la política.
Preparado para tratar de recuperar la ilusión de sus votantes descontentos y con los errores del pasado aprendidos, según dice, Renzi emprende el camino para tratar de ser elegido primer ministro de Italia en las próximas elecciones generales, después de haberse alzado ahora como nuevo secretario general del Partido Demócrata (PD).
Aún no hay fecha prevista para unos comicios en los que los italianos elegirán al sustituto de Paolo Gentiloni al frente del Gobierno, pero Renzi quiere volver a ostentar el cargo.
Y ellos para continuar con una agenda reformista que quedó interrumpida en diciembre, cuando dimitió por el fracaso en el referéndum de la reforma del Senado que consideraba un pilar fundamental para su Ejecutivo.
Ambicioso, muy audaz y con grandes dotes de oratoria, Renzi llegó en 2014 a la presidencia del Gobierno tras desbancar de su propio partido al entonces primer ministro Enrico Letta.
Se presentó como un soplo de aire fresco para la política italiana y sedujo a muchos italianos, también en el seno del PD, con su discurso crítico contra el estancamiento existente en las instituciones italianas.